El historiador y académico José Manuel Escobar Camacho reivindicó ayer en las jornadas Los Grandes de Córdoba, organizadas desde el pasado viernes y hasta mañana por la Real Academia de Córdoba, la figura de Gonzalo de Córdoba (el Gran Capitán) dentro de la historia de Córdoba, pero también en la nacional e internacional, «durante la segunda mitad del siglo XV y los primeros años de la centuria siguiente». Escobar Camacho recordó que la labor de este militar coincidió «en su mayor parte con el reinado de los Reyes Católicos, siendo de una gran trascedencia para la historia de España, al producirse el salto definitivo de la Edad Media a la Modernidad, ya que fueron los propios monarcas los artífices de dicho cambio».

Este académico precisó que «Gonzalo Fernández de Córdoba fue testigo de una época. Formó parte de una importante dinastía nobiliaria a nivel local, linaje que entronca con los primeros conquistadores de la ciudad de Córdoba. Nació en Montilla y participó en la vida pública de Córdoba. También fue protagonista, debido a su gran personalidad y sus cualidades militares, de actividades diplomáticas. Además, participó en la Guerra de Granada y en las posteriores campañas militares en tierras italianas y, por otro lado, actuó de acuerdo con los nuevos principios -humanistas y renacentistas- que por aquella época comenzaban a regir la vida europea».

Por su parte, el médico y también académico Ángel Fernández Dueñas ofreció una ponencia sobre el perfil médico de Maimónides, del que dijo fue «médico del cuerpo y del alma». Fernández Dueñas precisó que dos elementos fundamentales a tener en cuenta al glosar la figura de Maimónides fueron la experiencia vital que le tocó en su época y luego qué significó para él la medicina en la compleja vastedad de sus conocimientos. Este académico destacó que Maimónides junto a su familia tuvo que dejar España definitivamente en 1160 y fue a partir de 1167, instalado en Egipto, cuando surge el auténtico Maimónides médico. «Estaba dedicado totalmente a los enfermos y a la producción de sus obras médicas. Sus vastos conocimientos fueron complementos que utiliza para interpretar mejor la Torá y toda la literatura del pueblo judío. Fue además defensor de la medicina preventiva, de la dieta, deporte y aseo», precisó. Tras estas dos conferencias se desarrolló un debate moderado por Miguel Ventura Gracia.