Corazones Estranguladosy El Hombre Gancho

Lugar: Teatro de la Axerquía

Día: Miércoles, 1 de julio

El pasado miércoles, con luna llena y tregua del termómetro, las bandas Corazones Estrangulados y El Hombre Gancho abrían la 35 edición del Festival de la Guitarra en el ya emblemático Teatro de La Axerquía. Córdoba tenía una deuda pendiente con estos dos grupos locales que, pese a sus respectivos limbos en el tiempo, nunca dejaron de maquinar para seguir pegados a un escenario. Este compromiso quedó saldado por el lógico criterio de un festival que viene incluyendo artistas locales en su programa, y por el millar aproximado de asistentes que tuvieron la suerte de arropar como se merecen a músicos de este calibre.

Los Corazones saltaron a la palestra con cada vez mejor sonido y una iluminación excelente. En sus filas se encuentran ahora Paco Núñez (guitarra) y Pedro Navajas (teclados), que realizaron un trabajo impoluto, sin que por ello dejemos de recordar a Juanjo López y a Carlos Trigo. Emocionantes los primeros acordes de Señales de comunicación , una de las muchas composiciones de Yonka Zarco con la que partió la noche y que formó parte de la baraja de gran carisma que atesora la banda, intacto, como guardado en un cofre que abrieron a placer. Han pasado 25 años y su huella queda indeleble, tanto por las dos grandes personalidades del grupo, Eva Riquelme, con su especial e inconfundible timbre vocal, junto al corazón compositor de Yonka, así como por ese pilar base que forman Joaquín Montoro en el bajo y la batería del conocido Ramón Medina, pacto con el diablo incluido.

Sonaron temas de sus dos primeros discos. El himno que da nombre al grupo fue coreado por un público sometido a la máquina del tiempo, y entre estos sonaron también tres composiciones nuevas con el armazón listo para convertirse en grandes canciones, como la pegadiza Pon, pon... Por tanto, esta celebrada reunión no sólo merece el homenaje a esta gran banda cordobesa de pop-rock, sino que debiera ser también un espaldarazo para una continuidad que aun hoy no se clarifica como uno de los horizontes del grupo.

Tras el descanso subió al escenario una de las bandas con más personalidad de las que ha dado Córdoba, con una diferencia sustancial basada en que El Hombre Gancho, inmerso en la gira promocional de su último disco, de título Incontrolable , se reunificó antes, por lo que su rodaje está siendo más intenso. La máquina está perfectamente engrasada, con profusión de arreglos de precisión insertos en un repertorio clavado por unos músicos de alto nivel. Maikel de la Riva y Pepe G. Román han liderado esta fulgurante nueva embestida, en la que también se incorporan músicos como Kike Arranz al bajo, Antonio Bravo en la batería y Daniel Puig en los teclados. Sin olvidar la sección de metales invitados, Cristóbal Agramonte al saxo, Rafael Martínez con trombón, y la trompeta de Arturo G. Espinós.

Todos rayaron a un gran nivel de cohesión e instrumentación, y mantienen la impronta característica de las composiciones de Maikel con ese cóctel sabinesco de chachachá canallesco y tanguero , y rumba mejicana, con unos textos llenos de latinidad que sentencian heróicos y pasionales amores de calle. Tampoco faltaron los invitados especiales. José Milán, bajista y violinista de The Wheel & The Hammond, apoyó de forma magistral con el arco y las cuatro cuerdas un tango del nuevo disco del grupo, y Manu Mart, cantante de Estirpe, inundó de carisma y voz otra de las nuevas composiciones de los Gancho. Fueron momentos memorables en una noche entrañable, llena de emociones para celebrar el poder de un puñado de buenas canciones que enganchan los corazones.