El Museo Taurino, que ha recibido desde su apertura en marzo del año pasado unas 35.000 visitas, abre hoy una exposición temporal dedicada a Rafael José Molina Sánchez, Lagartijo, y su época a través de más de 60 piezas de esculturas, dibujos, cartelería, ilustraciones y litografías --la mayoría pertenecientes a los fondos del museo y otras cedidas por particulares-- que sirven para adentrar al visitante en este "poliédrico" personaje, que se convirtió en el primer Califa del toreo y acumuló una trayectoria profesional de 28 años.

La exposición, que se podrá ver hasta el 20 de septiembre, está dividida en cuatro partes que destacan al Lagartijo novillero, su época como Califa, su despedida de los ruedos y, por último, su faceta como ganadero. Una fotografía del barrio donde nació y empezó a torear es el arranque de esta muestra, a la que sigue un panel que explica cuáles fueron sus grandes maestros y lo que aprendió de ellos. La segunda parte de la exposición recoge plenamente su época como Califa desde la confirmación de la alternativa en Madrid el 15 de octubre del 1885, pasando por sus picadores, banderilleros y competidores. Su despedida de los ruedos, que realizó en cinco ciudades, ocupa otra parte importante de la muestra con la exhibición de los carteles recién restaurados de aquellas cinco corridas, destacando el de la celebrada en Madrid, "un ejemplar único" de dos metros y medio de alto realizado en seda natural. Por último, en su faceta como ganadero se recrea su despacho, presidido por la cabeza del toro Indiano, que hirió mortalmente a 14 toros, según reza la leyenda. Otra de las piezas que se exponen es la túnica que Lagartijo regaló a la Hermandad del Caído.

"Esta exposición tiene un discurso fácil, coherente, que va más allá del aficionado, y está enfocado a la juventud", señaló Mercedes Valverde, directora de los Museos Municipales y comisaria de esta muestra. "Su faceta humana superó a la de torero", prosiguió Valverde, que explicó que aún se siguen recordando tanto sus buenas obras como sus frases. Entre las piezas que se exponen, más de la mitad pertenecieron al museo de Julio Romero de Torres en el Palacio de Longoria de Madrid, que sus hijos donaron al Museo Taurino de Córdoba. También luce en esta muestra un retrato que el pintor cordobés hizo de Lagartijo, que ha sido cedido temporalmente por la familia.

El teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno, aseguró que con esta muestra se recuerda a una figura histórica que inició la saga de los Califas del toreo, subrayando que se ha podido realizar gracias a la labor de restauración llevada a cabo durante los años que estuvo cerrado el museo, que pasará a formar parte de la Red de Museos de la Junta.