Michael Fassbender ofreció ayer en Cannes una interpretación llena de fuerza en un Macbeth en el que, sin embargo, Marion Cotillard se muestra demasiado débil, una película del australiano Justin Kurzel que cerró ayer la competición oficial de la 68 edición del festival, en la que destacan como favoritas para llevarse hoy la preciada Palma de Oro la historia de amor de Carol , de Todd Haynes; la juventud del envejecimiento de Youth , de Paolo Sorrentino, y la historia épica de The Assassin , de Hou Hsiao-Hsien.

"Nadie me dijo que (Macbeth) sufría desórdenes postraumáticos. Eso lo cambio todo para mí", explicó en una rueda de prensa Fassbender, que recordó los problemas que sufren los soldados que regresan de Irak o Afganistán y que sufren alucinaciones.

"Están caminando por la Croisette (bulevar principal de Cannes) y se creen que están en Basora (Irak)", dijo el actor, para quien Macbeth es alguien "que está muy fracturado desde el comienzo por su trabajo de soldado" y esa idea es la que dio sentido a su interpretación. Además, para el actor irlandés de origen alemán, aunque siempre se ha dicho que el drama de Shakespeare es una historia de ambición, para él trata sobre "la pérdida de la relación entre la pareja, la pérdida de un hijo y la pérdida de la cordura".

Una película rodada en Escocia y en medio del invierno, lo que hizo que fuera "extremadamente difícil", pero se trataba del escenario original de la tragedia de Shakespeare y el mejor lugar para escuchar "esas increíbles palabras", explicó el director. Junto a Fassbender, y en el papel de la terrible Lady Macbeth, la que impulsa a su esposo a la traición y al asesinato para ocupar el trono, la francesa Marion Cotillard en un papel que tiene un perfil mucho más bajo de lo que suele tener uno de los personajes femeninos más fuertes del teatro clásico.

Lo primero que le atrajo del proyecto fue "la inmensa oportunidad de declamar a Shakespeare en la lengua de Shakespeare", en un texto que Kurzel ha querido dirigir "hacia la intimidad y profundidad de los personajes", explicó Cotillard.

Por otro lado, la película húngara Son of Saul , una dura ópera prima de László Nemes sobre el campo de concentración de Auschwitz, fue premiada ayer por la crítica internacional como el mejor trabajo de la competición oficial del 68 Festival de Cannes. La labor de un comando especial de prisioneros que ayudaban a los nazis en la limpieza tras el exterminio de judíos es el tema de una película aterradora pese a que evita las escenas más desagradables, que muestra desenfocadas o a larga distancia.