El mundo de las Bellas Artes de Córdoba y el pueblo de Fernán Núñez se tiñeron ayer de luto por la muerte del escultor e imaginero Juan Polo Velasco, de 94 años, conocido por sus obras taurinas, de Semana Santa o por el llamado Museo al Aire Libre, que con la imagen de El Sembrador como protagonista llena de arte la travesía de la N-331, a su paso por Fernán Núñez. Admirador de Mateo Inurria y de Miguel Ángel, este artista era considerado el último discípulo vivo del escultor valenciano Mariano Benlliure, con quien se formó mientras realizaba el servicio militar en 1946. Polo compaginó su faceta de profesor de Dibujo con la de escultor y convirtió su propia casa en su taller. Ejerció como docente en el instituto Francisco de los Ríos de su pueblo, entre otras localidades, centro para el que realizó el conjunto escultórico Las Niñas.

La alcaldesa de Fernán Núñez, Elena Ruiz, y el presidente de la Real Academia de Córdoba, José Cosano, paisano también de Juan Polo, ensalzaron ayer la figura de este gran artista y lamentaron el fallecimiento del que es Hijo Predilecto de Fernán Núñez desde el 2005 y del que hasta ahora había sido el tercer miembro más antiguo de la Academia, ya que ingresó en 1969. En el Ayuntamiento de Fernán Núñez ondeará la bandera a media asta en señal de duelo.

Una de las tallas más queridas de Juan Polo fue el Cristo de la Promesa, que preside el altar mayor de la parroquia de Santa Marina de Fernán Núñez, fruto, como su nombre indica, de una promesa personal. También es autor de las imágenes de Jesús Orando en el Huerto y la Virgen de la Paz y la Esperanza de Fernán Núñez, cofradía de la que fue hermano mayor, y de la talla de Jesús Resucitado. Este artista es responsable a su vez de numerosas esculturas y bustos que en Córdoba se pueden contemplar en el Museo Taurino, en el Alcázar, en el Rectorado y en el Pabellón de la Juventud. Por su legado, Polo cuenta con diferentes distinciones, entre ellas el Premio Juan Bernier de Arte, en el 2006. Juan Polo se matriculó con 17 años en la Escuela de Artes y Oficios de Málaga. En 1942 fue galardonado con la medalla de plata en la Exposición de Bellas Artes en Córdoba, distinción que se repitió en 1944. La mayoría de su obra se concentra entre los años 60 y 80, aunque no abandonó su oficio hasta que la salud se lo permitió. Su fallecimiento se ha producido en un día de los difuntos, conmemoración reflejada en una de sus últimas esculturas, un Cristo que Polo regaló para la ermita de San Sebastián, que se encuentra en el cementerio de Fernán Núñez.