"Si queremos mantener esta tradición, tenemos que incentivar y potenciar el aprendizaje". Así de rotundo se manifestó ayer el presidente de la Asociación de Artesanos Alfareros, Miguel Angel Torres Ferreras, quien reclamó la regulación de la figura del aprendiz mediante incentivos fiscales que permitan a los talleres contar con personas jóvenes que deseen conocer los secretos del oficio sin suponer una carga adicional para los empresarios.

"El aprendizaje de los oficios artesanos solamente se fomenta y se enseña en los talleres", señaló Torres Ferreras, quien animó al sector a "buscar fórmulas" con las administraciones "para que la figura del aprendiz vuelva a los talleres y seamos capaces entre todos de poner en valor nuestro oficio".

En la actualidad, La Rambla cuenta con unos 80 talleres, entre alfareros y ceramistas, lo que convierte a la localidad de la Campiña Sur en uno de los mayores clúster productivos artesanales de toda Andalucía.

No en vano, el sector genera en el municipio unos 200 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos y en torno al 70 por ciento de su producción se exporta a terceros países.

"Hasta no hace mucho, destacábamos por la alfarería más tradicional y ahora van surgiendo profesionales que ponen en práctica nuevas formas y nuevos estilos", apuntó el alcalde de La Rambla, Juan Jiménez Campos, quien aludió a profesionales de la localidad como Loli Guerrero, Rafaela Castro y Luis Torres.