El batolito granítico de Los Pedroches, como masa de rocas magmáticas, es fruto de la acumulación de magma bajo la tierra a unos 4 kilómetros de distancia como consecuencia de la colisión entre tres grandes continentes hace unos 308 millones de años, según ha puesto de manifiesto el profesor y geólogo, Teodosio Donaire, en una conferencia impartida recientemente en Dos Torres.

Donaire, que es profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva, señala que tras el choque de continentes se generó una cadena montañosa y en profundidad se fue acumulando magma, que se enfrió en el interior de la tierra.

«Cuando las rocas fundidas salieron al exterior a través de distintos plutones, que se funden con la corteza de la tierra, se genera el actual batolito de Los Pedroches, que ocupa una extensión de 250 kilómetros cuadrados», apunta e profesor, destacando asimismo que esa superficie se distingue a través de fotos de satélites.

No obstante, no todo el granito resultante presente hoy en día en Los Pedroches es del mismo tipo, ya que hay que distinguir entre la roca granodiorita que, junto con el cuarzo (la parte gris) y la mica (oscura), se encuentra el feldespato (color blanco) llamado plagioclasa con mucho sodio y calcio. Por otra parte se encuentra el granito propiamente dicho, donde junto al cuarzo y la mica con feldespato potásico presenta unos cristales más gruesos.

Teodosio Donaire apuntó que la superficie granítica que hoy vemos es fruto del enfriamiento lento del magma que alcanzaba los 800 o 900 grados a 4 kilómetros de profundidad y que, como roca, asciende a la corteza inferior. Ese episodio ocurrido en el periodo denominado Carbonífero Inferior provocó la alta presencia de roca granítica en Los Pedroches, que originó otras mineralizaciones que dieron lugar a la aparición de estaño, cobre o wolframio; plomo y zinc, bismuto y uranio.

El profesor Donaire concluye que el tipo de suelo nos condiciona, «ya que los numerosos procesos geológicos que han ocurrido desde hace millones de años han condicionado en gran medida lo que somos», y añade que «la alteración del granito ha originado unos suelos que facilitaron la presencia de dehesas pobladas de encinas, que han influido en la riqueza ganadera de la zona».

A su juicio, «el granito es una roca ornamental que forma parte de la estructura y decoración de las edificaciones de la comarca y que es fuente de una industria en la que España es uno de los principales productores», siendo un elemento que, por tanto, «ha influido en la naturaleza y el acontecer histórico de la zona», en la que en distintos periodos históricos hubo también una intensa actividad minera.

Hoy en día, el granito, la pizarra y el mármol constituyen las principales rocas ornamentales de la península ibérica.