Desde que en septiembre del 2010 el Ayuntamiento de Priego firmara con Aqualia un contrato para la gestión del agua en la localidad, el malestar entre la ciudadanía por lo que se consideró en su día una "privatización" de este bien común ha ido en aumento, aunque el coste de que el servicio vuelva a ser municipal rondaría los 6 millones de euros. El ámbito temporal de este contrato llega hasta el 2037 y por él Aqualia, que asumía el rol de socio tecnológico controlando el 49% de las acciones de la empresa mixta creada al afecto, aportó al Consistorio 4 millones de euros de canon haciendo frente también a importantes mejoras en las infraestructuras hidráulicas, así como en los canales de atención al cliente.

Aun así, en poco más de tres años y medio Aguas de Priego, nombre de la entidad, ha sido uno de los temas candentes de la actualidad prieguense, generando una corriente de opinión adversa iniciada en el mismo momento en el que se comenzó a plantear que el Ayuntamiento dejaría de prestar este servicio.

Hasta tal extremo llegó este malestar que el 6 de octubre del 2012 se organizó una concentración en la Fuente del Rey contra la subida del recibo del agua, en la que más de medio millar de personas mostraron públicamente su indignación por el trato recibido en las reclamaciones que habían realizado a la empresa, e incluso planteando que el agua volviera a los prieguenses.

Este acto fue el punto de partida para la creación un colectivo ciudadano que, bajo la denominación Priego, Agua y Desarrollo, ha mantenido una activa campaña informativa sobre los pormenores de esta gestión, desvelando a la opinión pública cifras y datos desconocidos para la gran mayoría. La última aportación de este grupo ha sido una propuesta para la remunicipalización del servicio de aguas, que pasa por abonar a Aqualia los 4 millones de euros del canon y los aproximadamente 1,7 de pérdidas de Aguas de Priego.