Una señora recuerda que "cuando era pequeña corría para la capilla junto a los niños, y quien llegaba antes tocaba la campana". Tras más de 50 años cerrada, la capilla de las Angustias de Palma recupera todo su esplendor ante la expectación de una generación que no olvida la celebración, en agosto, de la novena a la Virgen de las Angustias, y otros muchos vecinos no ocultan su curiosidad ante la próxima apertura de esta "joya que no conocemos".

El arquitecto palmeño César Egea Nieto, autor del proyecto de recuperación junto a Luis Gala González, afirma que "la rehabilitación de la capilla de las Angustias y la torre ha sido un trabajo artesanal, se ha ejecutado desde el máximo respeto histórico". Para ello se han seguido métodos tradicionales para permitir una lectura original de esta capilla alojada en el interior del torreón heptagonal de la muralla almohade, antigua puerta norte del recinto amurallada, una puerta llamada del Arquito Quemado.

Este proyecto Feder, ejecutado por Construcciones Palmeña, también ha recuperado un retablo perteneciente al barroco, restaurado por la licenciada en Bellas Artes Virginia Cabrera, y también ha dejado al descubierto una puerta trasera que estaba cegada y que ahora se presenta como una celosía árabe en acero corten.