Los denominados nuevos pobres, la integración de las personas refugiadas y la creación de nuevas formas de participación voluntaria son algunos de los grandes desafíos que se le presentan a Cruz Roja de cara al 2018, según ha informado la entidad. Entre las nuevas vulnerabilidades a las que la institución trata de dar respuesta se encuentra la de aquellas personas que, aun cobrando un sueldo, no llegan a final de mes, de parados que se encuentran cada vez más alejadas del mundo laboral, así como de jóvenes con difícil incorporación a la vida social, laboral y formativa o niños en situación de desigualdad de oportunidades debido al fracaso escolar.

Otros hitos a los que la organización intentará responder es la «cada vez más compleja integración de las personas refugiadas e inmigrantes, el envejecimiento de la población, la violencia y discriminación contra las mujeres o las personas que sufren la brecha digital en una sociedad que cada vez depende más de la tecnología». El presidente de Cruz Roja, Javier Senent, ha destacado la importancia en el momento actual de fomentar nuevas formas de participación en la entidad. «Lo realmente importante es facilitar que las personas interesadas puedan colaborar», afirma.