El libro del periodista Sebastián Cuevas La casa de los muchos volverá a ver la luz a través de una nueva edición en formato digital para su descarga gratuita como libro electrónico con motivo del veinte aniversario de su fallecimiento, que se cumple hoy. Esta iniciativa ha sido promovida por la asociación cultural que lleva su nombre y que nació hace un año con el objetivo, entre otros, de recuperar la figura del escritor y periodista cordobés y de todos los miembros del grupo literario Arkángel, al que perteneció.

La casa de los muchos narra la historia de los habitantes de una casa de vecinos real de Córdoba en tiempo de posguerra, haciendo un análisis de la sociedad a través de las historias de los vecinos de Puerta Nueva, Puerta Baeza, sus bares y tabernas, el matadero, la fábrica del gas, etcétera. Escrita a modo de cuento o narración corta, Cuevas se adentra en personajes como El Churrifloja, las modistillas o el Herrero para contar cómo nació el barrio del entorno del río donde Cuevas vivió junto a su familia. "Para una generación aún son personajes reales", comenta su hijo Francisco, que recuerda que el Ayuntamiento de Córdoba editó el libro en el año 1989 en la colección Ediciones La Posada y se agotó en seguida. "Nos llaman mucho pidiéndonos este libro", continúa Cuevas, que asegura que esta obra "encaja muy bien en lo que se llamó el grupo Arcángel, que hacía una literatura social y comprometida". El prólogo lo realizará Rafaela Valenzuela, concejala de Cultura del anterior gobierno municipal y experta en literatura cordobesa, y está previsto que su presentación se lleve a cabo en septiembre en la Casa de la Juventud, donde también se relizará una lectura poética con la colaboración del Ateneo de Córdoba, del que el escritor fue socio fundador. Aunque vivió de su faceta como periodista trabajando en numerosos medios de comunicación tanto cordobeses como nacionales, la literatura fue otra de sus grandes pasiones. "Mi padre decía que era escritor de oficio y periodista de beneficio", recuerda su hijo, hasta el punto de que cuando el Ayuntamiento rotuló una calle con su nombre, él prefirió que pusieran "escritor".