Pocas veces la rotulación de una calle cuenta con un espectro tan amplio de asistentes: representantes municipales de casi todo el espectro político, de instituciones culturales, de partidos de los más diversos signos, colectivos ciudadanos y, por supuesto, la familia y muchos... muchísimos amigos.

Ese fue el caso ayer del acto en el que se descubrió la placa del pasaje Antonio Zurita de Julián, a la espaldas de Virgen del Perpetuo Socorro, una vía en la que jugó de pequeño el siempre inquieto Zurita, que llegó a ser un abandonado descampado en el corazón de la ciudad pero que el propio Zurita, en su etapa en la asociación vecinal (AV) Nueva Ciudad Jardín, ayudó a reconvertir en uno de los pocos referentes peatonales del barrio.

Así lo señaló en nombre de la AV Aurora Domínguez, recordando una etapa de la vida de Zurita en la que, por su compromiso, también se ganó el respeto y la admiración del barrio. En lo personal, fueron unas emocionadas palabras de su hijo Antonio Carlos Zurita las que recordaron que también en el ámbito familiar y en el de los amigos el carácter cercano, dialogante y de honradez le hizo ganarse el respecto y el cariño.

Fue la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, la que rindió tributo a Zurita, en este caso desde el aspecto institucional y político, recordando, por ejemplo, su condición de teniente de alcalde de la primera Corporación municipal democrática, su «coherencia y honradez» como uno de los históricos del socialismo en Córdoba y de la transición en la ciudad y en Andalucía o en referentes sociales en una época como el Círculo Juan XXIII. Un hombre «que nos enseña el camino» y que demuestra, dijo Ambrosio citando al fundador del PSOE, Pablo Iglesias, que «los socialistas no mueren, se siembran».