Ayer quedó visto para sentencia en la sección segunda de la Audiencia provincial el juicio en el que se veía la causa contra el encargado de un taller de joyería por un presunto delito de apropiación indebida por quedarse con parte del oro de la empresa y otro de falsedad en documento mercantil. Había una segunda encausada por el delito de falsedad documental, por firmar un documento presuntamente falso.

En las conclusiones finales, el abogado de la defensa indicó que no se ha podido demostrar los hechos, pues no está acreditado suficientemente la falta del oro, así como la falsificación de documentos, pues asegura que el programa informático que se utilizaba en la empresa estaba al alcance de cualquiera de los empleados.

Por su parte, el abogado de la acusación particular pidió que se juzguen por separado los distintos delitos y se mantuvo en su afirmación de que los encausados se estaban autoencubriendo falsificando datos del ordenador de la empresa.

Ayer, en la segunda y última sesión del juicio, se presentaron las distintas pruebas periciales, a cargo de un perito caligráfico, un economista y un experto en fundición de oro.

En este caso, el fiscal pedía 3 años de cárcel para el principal acusado y 1 para la otra encausada. Fuentes judiciales han informado a este periódico de que podría valorarse una atenuante al haber reparado del acusado el daño, reembolsando 10.000 euros a la empresa.