La directora gerente del hospital Reina Sofía, Marina Álvarez, y la delegada de Salud, María Ángeles Luna, así como los sindicatos CSIF y Satse condenaron ayer la agresión verbal sufrida por una auxiliar de enfermería en el hospital Materno Infantil el jueves y mostraron su «solidaridad y apoyo a esta profesional». Según la Junta, el suceso tuvo lugar cuando una paciente agredió verbalmente y con amenazas a una profesional mientras realizaba sus funciones. En ese momento, compañeros y compañeras de la profesional agredida alertaron al servicio de Seguridad y se procedió a la activación del Plan de Prevención de Agresiones a personal sanitario. Salud indicó que «la profesional ha recibido atención y asesoramiento por parte de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales del hospital Reina Sofía».

El sindicato CSIF precisó que la agredida fue una auxiliar de enfermería que fue a atender a una mujer ingresada en la Unidad de Partos del Reina Sofía. El sindicato destacó que «la paciente se había arrancado la vía. La profesional intentó prestarle ayuda, pero la paciente se negó a que la tocaran hasta tal punto que cogió un bolígrafo que la trabajadora tenía en un bolsillo y lo puso en el cuello de la auxiliar de enfermería, amenazándola con usarlo en el caso de que no la dejaran en paz. La profesional logró zafarse de la paciente tras la llegada de más trabajadores y de los vigilantes de seguridad». «Sin embargo, los insultos y las amenazas por parte de la usuaria y de sus familiares continuaron hacia la auxiliar. Como consecuencia de la situación de tensión, los familiares y los pacientes del resto de la unidad se refugiaron en las habitaciones», añadió CSIF. Este sindicato se congratuló de que en este caso se activara por parte del hospital el protocolo de agresiones a sanitarios, «pues la semana pasada el Reina Sofía no lo vio necesario cuando una trabajadora, también de la Unidad de Partos del Materno Infantil, recibió insultos de una usuaria. Los profesionales llamaron a la Policía Nacional, que requisó a los familiares de una paciente una barra de hierro». Tanto CSIF como Satse mostraron su «preocupación» ante el aumento desde principios de este año de los ataques, «tanto físicos como verbales», sufridos por profesionales del sistema sanitario público andaluz. Concretamente, hasta marzo habían sido más de 13 los atentados contra profesionales de la sanidad pública cordobesa. Los centros sanitarios de Córdoba registraron el año pasado 171 agresiones a profesionales que trabajan en este ámbito (según la Junta), lo que supuso un 15% más que en el 2015.