Angeles Lorca trabajaba en el Servicio Andaluz de Salud como auxiliar de enfermería hasta que, hace cinco años, sufrió un angioedema provocado por una alergia a algún producto desconocido que la llevó a Urgencias, de donde salió gracias a una inyección de adrenalina. Aquel fue el primer episodio de una larga lista de visitas a Urgencias y un agotador peregrinar de médico en médico en busca de un diagnóstico que aún está por llegar. En este tiempo, ha perdido 50 kilos y ha desarrollado reacciones alérgicas e intolerancias a todo tipo de sustancias químicas, alimentos, metales o fármacos. Cuando la pesadilla empezó, pesaba 125 kilos, ahora 70. "Mi cuerpo está aguantando por la grasa que tenía acumulada, ya me alimento solamente de arroz hervido y aceite de oliva, lo demás me hace daño al estómago o me provoca graves reacciones alérgicas respiratorias o en la piel", explica, al tiempo que reclama una solución para su problema. "Llevo más de cuatro años sobreviviendo a base de Urbasón (corticoides), lo que me tiene hinchada y me provoca hematomas en el cuerpo, ningún médico me ha puesto un tratamiento que pueda tomar y Salud, para quien estoy desahuciada, me niega el derecho a una segunda opinión y no me quiere derivar a un hospital de referencia con expertos en sensibilidad química múltiple para que me atiendan por la Seguridad Social". Angeles afirma que su médico de cabecera le receta Urbasón y Orfidal, que toma para combatir la ansiedad que le genera su estado, pero nadie hace seguimiento de su caso. "Estoy destrozada, es muy duro vivir así y que nadie te escuche". Según esta joven, que ha renunciado a su vida social y a su trabajo tras obtener la incapacidad absoluta, su vida se ha convertido en un infierno. "Sin tener medios y gracias a la ayuda de mi familia, me he gastado más de 6.000 euros en consultas a clínicas privadas para que me digan lo que tengo y me han diagnosticado fibromialgia, fatiga crónica y sensibilidad múltiple severa". Siguiendo el consejo de Cati Pérez, otra cordobesa aquejada de la misma enfermedad, cuyo caso saltó a los medios, se ha retirado los empastes de mercurio que tenía y ha probado alimentos ecológicos, pero tampoco le sientan bien. Su abogada, Mercedes Merinas, quiere llevar el caso a los tribunales una vez agote la vía administrativa. "No puede seguir así, tiene derecho a recibir la atención médica que necesita".