Quince de los mejores cocineros andaluces prepararon anoche una cena-cóctel única, irrepetible y, por supuesto, con sabor andaluz para cerca de 60 invitados. El lugar, el restaurante Celia Jiménez; los organizadores, Gastroarte; y el fin, mostrar lo mejor de la cocina andaluza.

Acercar a Córdoba la más alta cocina andaluza y demostrar su poderío es la idea con la que el colectivo gastronómico andaluz Gastroarte celebró su 19º encuentro en la ciudad con la preparación de 15 tapas selectas de chefs como las de los cordobeses Kisko García y Paco López o las de los estrellas Michelin Diego Gallegos y Mauricio Giovanini.

Estas miniaturas de la más alta cocina andaluza fueron degustadas en una cena-cóctel para cerca de 60 invitados, en el restaurante de la anfitriona, en esta ocasión, del encuentro, Celia Jiménez, que reconoció ayer «estar un poco en tensión hasta comprobar que todos los invitados disfrutan con los platos y se vayan satisfechos».

A parte de abrir su cocina a catorce de los mejores chefs andaluces, la tensión de la anfitriona es razonable, porque Gastroarte se plantea en sus reuniones dar a conocer los productos gastronómicos de cada provincia a los cocineros y entablar una comunicación entre los profesionales del sector y las entidades públicas y privadas del ámbito turístico, sin olvidar pasar un buen rato entre todos los cocineros, que son amigos. «En estos encuentros no solo saboreamos lo que elaboramos, sino también la amistad», afirmó el presidente de Gastroarte, el historiador y gastrónomo malagüeño Fernando Rueda, minutos antes de que empezara la cena, mientras que los chefs -todos vestidos con chaquetillas blancas con una «R» en la espalda- se afanaban en la cocina en emplatar sus exclusivas creaciones, cuyas recetas las estrenaban en esta cena.

Sorpresas culinarias hubo muchas durante la degustación de las tapas, como que el chef Mauricio Giovanini presentara un postre «muy divertido», helado de manzana roja asada, sabayón de oloroso y borrachito de vino de Málaga. O las albondigas, de Charo Carmona, realizadas con una receta del siglo XIII con salsa de azafrán.

«Son bocados de sabor andaluz. Es como dar un bocado a cada rincón de Andalucía», bromeó Fernando Rueda.

El cordobés Kisko García se decidió por una delicia de chivo, yogurt y menta; mientras que Paco López prefirió un carpaccio de gambas con salmorejo de su coral y aguacate, y Celia Jiménez por molleja con setas escabechadas y gazpachuelo serrano.

Quizá una de las curiosidades más entrañables de este encuentro de cocineros y también de amigos fue la entrega a Diego Gallegos de una diminuta chaquetilla de chef para su hija Lucía, de apenas dos meses.