ESTADO CIVIL SOLTERO.

EDAD 48 AÑOS.

CARGO PROFESOR DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO DE LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA Y DIRECTOR DE CINE.

PELICULAS ESTA ES SU SEGUNDA PELICULA. LA PRIMERA SE TITULA 'MELODIAS DE CIUDAD' Y ES TAMBIEN UN LARGOMETRAJE DOCUMENTAL.

--¿Cómo surge esta experiencia?

--De la oportunidad que me brindan desde la Fundación Arruzafa y Juan Manuel Laborda para realizar un documental sobre la expedición en una zona de Africa muy interesante, donde viven los masais, los bosquimanos y otras tribus. Es el viaje que me faltaba por hacer.

--¿Qué vio durante el mismo?

--Que lo que tenía delante era una película en toda regla, más que un documental convencional de 50 minutos para la tele. Una historia muy profunda donde intervienen muchos personajes: mis compañeros, los misioneros y los nativos.

--¿Cuál era su idea de principio?

--Enfrentarme a la realidad del Tercer Mundo porque normalmente la televisión y las fotos dan cierta protección.

--¿Qué recoge esta historia?

--El viaje exterior, que realizo con la expedición, y el interior, es decir, la experiencia que supone hacer este viaje y mirar a ese mundo sin protección.

--¿Quién es Caín en la película?

--Soy yo, somos nosotros, los que vivimos en el mundo rico. El protagonista parte de una pregunta que le hace a Dios sobre Abel: "¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?". Ello flotaba permanentemente en mí durante el viaje. Ese es el leif motive , el verificar si realmente yo soy el guardián de mi hermano.

--Supongo que el mensaje interior es el que más llega al público, ¿no?

--Sí, porque ese mundo impacta mucho cuando se ve en vivo. La gente, a pesar de sus carencias, más o menos es feliz. Lo que impacta son las carencias del Tercer Mundo. Se sabe que es así, pero es muy diferente cuando lo ves en persona.

--¿Cómo ve ahora la pobreza?

--Muy cerca. España es frontera con parte de ese mundo y las comunicaciones entre países son muy rápidas. En cualquier momento estás en contacto con él.

--¿Qué se respira en esta película?

--Mucha solidaridad. Algo que aún falta en esta sociedad.

--Cuando volvió del viaje y retornó a la realidad, ¿qué sensaciones obtuvo?

--Llegué con los problemas del día a día de Córdoba, de la crisis, pero he notado esa diferencia sustancial en el tema material. Los más pobres de nuestra tierra tienen acceso a un hospital a 20 minutos. En la estepa masai un enfermo a duras penas puede llegar a un hospital. Algunos tienen moto y casi nadie un coche. Arusha está de Simanjiro, donde sólo hay un consultorio, a dos horas y media en coche.

--¿A quién le gustaría agradecer su colaboración en este proyecto?

--Le debo gratitud a mucha gente: sobre todo a mis compañeros de expedición, a las fundaciones Arruzafa y Urafiki, al Ayuntamiento de Córdoba, al equipo técnico y artístico de la película, a Cines El Tablero, y a este periódico.