Si el pasado jueves el Ayuntamiento de Córdoba parecía dar por zanjado su periodo de sesiones prevacacional con Rabanales 21 como asunto estrella, el Pleno volvió ayer a reunirse, tras una apresurada convocatoria, para aprobar, pese a los reparos de la Intervención, una serie de inversiones por valor de casi 15 millones de euros, enmarcadas en el plan de Inversiones Financieramente Sostenibles y 16 de las 25 obras de Mi Barrio es Córdoba. Lejos de ser un Pleno de trámite, las objeciones de PP, Ciudadanos y UCOR a las propuestas del gobierno local, respaldadas únicamente por el grupo de Ganemos, enfrentaron a ambas bancadas, impidiendo el consenso en dos temas claves para la ciudad. La sesión arrancó con la petición del bipartito del voto a favor para levantar el reparo de Intervención a Mi Barrio es Córdoba, que cuestiona en cada uno de los 16 proyectos presentados para esta partida (3,1 millones) que se tramiten sin contar con el crédito necesario para su ejecución, tal y como hizo en su día cuando se incorporó esta medida en las bases de los presupuestos municipales. La oposición en bloque se alineó con la interventora, señalando esta fórmula como fruto de la «improvisación» y la «mala gestión» del gobierno local y criticando la «desinformación» a que se les somete, ya que no recibieron tal informe hasta el viernes por la tarde. «No estamos en contra de que se hagan las obras, pero sí en que se haga sin transparencia, sin debate previo y de un modo tan irresponsable, desoyendo a la Intervención», coincidieron PP, C’s y UCOR.

El gobierno, por su parte, defendió la legalidad de su actuación y aludió precisamente a la base incluida en el proyecto de presupuestos para seguir adelante con su plan y aprobar, con el voto a favor de Ganemos, primero el levantamiento del reparo y después el inicio del proceso de adjudicación de las obras de Mi barrio es Córdoba, aunque «sin comprometer aún la adjudicación final», recalcaron. Según la responsable de Infraestructuras, las obras han sido consensuadas con los vecinos y «sería una irresponsabilidad no usar esta base de ejercicio presupuestaria y que se pierda un solo euro».

Aprobado el primer bloque, referido a las obras, el gobierno solicitó el respaldo al Plan de Inversiones Financieramente Sostenibles, que, con un montante global de 11,5 millones, prevé la construcción de una planta de compostaje por parte de Sadeco y la compra de 20 autobuses para Aucorsa, además de varias actuaciones menores. Todo ello, financiado con cargo a los algo más de 20 millones de euros de remanente del presupuesto no ejecutado del año pasado, que ahora solo pueden gastarse siguiendo los criterios establecidos por el Gobierno central. La ley establece que parte de ese dinero, unos 8 millones de euros, deberá ir a pagar deuda y que el dinero solo puede emplearse en actuaciones que sean sostenibles y que generen alguna rentabilidad.

En este caso, la oposición se negó a aprobar el plan por no contar éste con el informe preceptivo de Intervención. Al parecer, la interventora habría recibido el pasado viernes al mediodía un cambio en el proyecto de Aucorsa para la compra de autobuses, tras un reparo planteado en relación con el tipo de combustible y el repostaje de los vehículos, que al funcionar con gas comprimido requiere la existencia de una planta gasificadora. La premura en los cambios hizo a la funcionaria inviable informar al respecto, quedando el proyecto incompleto. El gobierno local ha negado tales cambios asegurando que no se ha cambiado el tipo de combustible señalado inicialmente y que ya estaba prevista la construcción de la planta en cuestión. Pese a que todos los grupos coincidieron en la calidad del proyecto de Sadeco, ligado en su aprobación al de Aucorsa, los reparos señalados a este último motivaron el voto en contra de PP, Ciudadanos y UCOR. El voto de Ganemos permitió al gobierno local sacar adelante también este iniciativa.

PSOE e IU recriminaron, por su parte, a la oposición su negativa «a la necesaria renovación de la flota de Aucorsa» en base «únicamente a un fallo de forma» que, para los otros grupos es «otra prueba de mala gestión e improvisación».