En verano la gente tiende a cometer una serie de excesos, llámese ejercicio físico, comida o ingesta de bebidas, la mayor parte de ellas con poco o alto grado de alcohol. Algo que no debe extrañar a la gran mayoría de la población es que el consumo de alcohol se dispare en verano, el calor aprieta muchísimo y cualquier persona añora una bebida bien fresca, y parece ser que si ésta tiene un poco de alcohol, mejor. De este gran aumento del consumo de alcohol bien sabe Acali (Asociación Cordobesa de Alcohólicos Liberados), cuyo presidente, José María López Regalón, aclara que «no aumenta el número de personas que beben alcohol, sino el consumo de aquellas personas que lo toman». López considera una gran «lástima» que «la edad en la que los niños y las niñas comienzan a beber se sitúa en 13 o 14 años».

Acali es una asociación experta en esta materia. Desde su nacimiento en 1982, se fijó como objetivo «curar a personas con una dependencia ligada al alcohol y recuperarlas tanto física como psíquicamente para reinsertarlas en la vida social, familiar y laboral». Este organismo trata aproximadamente a una media de 550 personas al año, de las que el 85% son hombres y el 15% mujeres, pero también cabe destacar una cifra reveladora que consiste en que el 80% de las personas tratadas son politoxicómanos debido a que «una cosa va ligada a la otra» y el 20% restante son «alcohólicos puros», según el presidente de la asociación, que asegura que la edad de este último 20% oscila entre los 45 y los 50 años.

Respecto al consumo habitual, de todas las personas que ingieren este tipo de bebidas el 60% son hombres y el 40% son mujeres. Sin embargo el presidente de Acali, José María López Regalón, destaca que «a las personas afectadas les cuesta acudir a nosotros y las suele traer un familiar o un amigo. Por ello también tratamos a familiares y amigos en el plano psicológico porque resulta trascendental».

De las palabras de López se desprende que resulta vital el apoyo de seres queridos para superar el alcoholismo. Esto no queda aquí, sino que también se necesita una predisposición por parte de la persona afectada ya que «la mayoría de los alcohólicos culpan a todo lo que les rodea de los males de su vida menos a ellos mismos, que son los verdaderos culpables de su alcoholismo».

López se siente «satisfecho y orgulloso» del papel que desempeña su asociación, así como de la labor desarrollada ya que «entre el 70 y el 75% de las personas con dependencia que hemos tratado se han recuperado de su dependencia y se han reinsertado en la sociedad».