Inmaculada Jurado tiene dos hijas de 13 y 10 años y el día 19 de marzo tiene que dejar su vivienda, un piso en la zona del Campo de la Verdad. Por tanto, le queda menos de un mes para que se proceda al lanzamiento de su casa, lo que se conoce como deshaucio, una medida contra la que luchan juntos su abogado y la asociacion Anfane. La

pelea es en una doble línea, ya que han solicitado al juzgado la moratoria y suspensión de dicho lanzamiento hasta el 15 de

mayo del año 2020 y, al mismo tiempo, han pedido un alquiler social a la entidad bancaria, que es el BBVA, por si no le dieran el visto bueno a la solicitud cursada por vía judicial. Por el momento, el horizonte más cercano no está claro. «Si fuera por mí, hay días que me derrumbo y no puedo seguir, pero tengo que luchar por mis hijas», indica Inmaculada, a quien solo le preocupa «poder darle un buen futuro a ellas».

Divorciada del padre de las niñas, con el sueldo que percibe por su trabajo en una residencia de la tercera edad no le llega para pagar una hipoteca de 600 euros. De hecho, las cuotas mensuales no se abonan desde el año 2014. Ahora sabe que si tiene que salir de su casa solo le queda ir a vivir a casa de su padre, abuelo de las pequeñas. «No quiero perder por nada del mundo mi piso», señala Inmaculada, quien guarda esperanza en que se le conceda un alquiler social en su propia vivienda. Por él solo pagaría en torno a los cien euros. «Así podría salir adelante», afirma.