Técnicos de la Gerencia de Urbanismo cerraron ayer el plan de usos de La Corredera que, bien bajo la forma de reglamento municipal o como ordenanza (lo que daría más peso a la norma pero alargaría los trámites para su entrada en vigor), será llevado al consejo de la Gerencia de Urbanismo del próximo lunes.

El plan regula todas las actividades públicas y privadas de la plaza y sella el consenso unánime al que se llegó en julio con vecinos y comerciantes para potenciar la plaza y convertirla en un motor cultural, social y económico del Casco Histórico.

La Federación de Asociaciones de Vecinos y la AVV Axerquía lanzaron la semana pasada un ultimátum a los responsables municipales y convocaron una fiesta en La Corredera para el 11 de mayo. Esta celebración tenía previsto reclamar el esperado plan de usos de La Corredera o, como será el caso tras el anuncio de Urbanismo, limitarse a festejar el renacimiento de La Corredera como corazón del Casco Histórico.

El plan de La Corredera regula estrictamente todas las actividades de iniciativa pública y privada en la plaza, desde la ubicación de las macetas en los balcones hasta el tipo de sillas y mesas de los veladores de los bares, así como la zona que pueden ocupar, el paso de vehículos para montaje de espectáculos, el área donde montar escenarios y carpas o la zona habilitada para el paso del tráfico ordinario, procesiones y demás comitivas. El plan también prohíbe cualquier elemento publicitario en veladores, negocios y edificios, así como cocinar y preparar alimentos en actos populares o la ocupación indiscriminada de soportales (debe quedar una franja expedita de al menos 1,50 metros de anchura para el paso peatonal holgado).