Eran las dos y media del mediodía cuando la alarma saltaba en el barrio de Ciudad Jardín al registrarse una intensa columna de humo negro en las inmediaciones de la calle Julio Pellicer, provenientes de una tienda de ropa-bazar chino situado en esta calle y con salida a la avenida Gran Vía Parque. Se trata del segundo incendio de un establecimiento de estas características que se registra en Córdoba en poco más de dos meses. Minutos después de registrarse las primeras llamadas de alerta al 112, varios operativos de bomberos, policía local y nacional se personaban en la zona, donde procedieron a desalojar cuatro bloques de viviendas, Antonio Maura 18 y 20 y Julio Pellicer 44 y 46, según las fuentes consultadas.

Estos dos últimos bloques serían los más afectados, ya que es precisamente en la parte de atrás donde se encuentra el almacén de la tienda, donde podría haberse concentrado el fuego, según indicó el propietario del bazar. Las viviendas situadas por encima del almacén son, a primera vista, las más afectadas por el humo negro y el lugar en el que se concentraron también las labores de extinción por parte de los bomberos. El desalojo se llevó a cabo de forma efectiva y no se registraron heridos, salvo una señora mayor a la que le fue suministrado oxígeno y que sufrió un ataque de ansiedad que obligó a trasladarla al hospital Reina Sofía. Asimismo, cuatro de los bomberos que participaron en el operativo, según fuentes del 112, fueron atendidos por inhalación de humo, aunque se reincorporaron a las labores de extinción junto al resto de compañeros poco después.

El propietario del local es Francisco Román, ex presidente de CECO y dueño de Muebles Gutiérrez primero y Merkamueble después, negocios que ocuparon este inmueble hasta que se jubiló hace unos años. Román se enteró del suceso por una llamada de los inquilinos, Win y Yin, mientras almorzaba en la zona de San Lorenzo y se trasladó de inmediato a Ciudad Jardín. Según relató, el local lleva alquilado dos años por esta pareja de origen chino y que ayer aseguraron a este periódico tener toda la documentación en regla y un seguro contratado. Paralelamente, Román decidió hace un año contratar otro seguro "siguiendo el consejo del director del banco con quien mantiene la hipoteca del mismo". Win y Yin, por su parte, se mostraron afectados por lo ocurrido, si bien no pudieron dar detalles de cómo se inició el fuego. Según el testimonio de Win, en un español muy básico, él y su mujer estaban a punto de cerrar la tienda al mediodía cuando él se dirigió al almacén, repleto de artículos, para apagar la luz. Fue entonces cuando se dio cuenta del humo que salía de la parte de atrás, que les obligó a abandonar el local y pedir ayuda fuera.

Hasta el lugar del siniestro se desplazaron el alcalde, José Antonio Nieto; el teniente alcalde de Urbanismo, Luis Martín; el concejal de Empleo, Turismo y Agricultura, Rafael Navas y la concejala de Seguridad, Carmen Sousa, que informó de que las viviendas no habían sufrido daños estructurales y comunicó a los afectados que todos podrían volver a sus casas en un par de horas. El realojo escalonado de los vecinos se inició en torno a las 17.30 horas y, según Sousa, no fue necesario trasladar a nadie a otro lugar ya que los pisos se encontraban en condiciones habitables.