Aunque las previsiones meteorológicas indicaban que el ascenso de las temperaturas sería moderado, Córdoba quedó ayer a apenas una décima de la alerta naranja, con una máxima a las 18.00 horas de 39,9 grados centígrados en el aeropuerto. La situación, que aún no supone un problema grave puesto que no se prevé se alargue demasiado en el tiempo, sin embargo, sí se extenderá a lo largo de todo el valle del Guadalquivir, afectando tanto a la campiña cordobesa como a las provincias de Jaén y Sevilla.

Hoy podría ser el día en que, efectivamente, se decrete de nuevo la alerta naranja, con una previsión de 39 grados que podría aumentar en las horas centrales del día si los cielos permanecen despejados y el viento no suaviza la sensación de calor. El incremento de esta percepción es el principal problema sobre el que incidirán unas temperaturas nocturnas que no bajarán de los 20 grados, lo que se reflejará el resto de la jornada.

Ante las variaciones de estos días, puesto que la tónica es de temperaturas altas y un calor especialmente seco, el programa informativo de la delegación de Salud que se desarrolla a lo largo de todo el verano cobra más importancia que nunca, de tal manera que los colectivos de riesgo (niños, personas mayores, dependientes, y enfermos crónicos) se someten a un control mayor.

Los viandantes palían el calor recurriendo a las fuentes públicas, tanto de agua potable como las decorativas, en las que cada vez se bañan cada vez más personas pese a la ordenanza de protección de zonas verdes y mobiliario urbano. En este sentido, las terrazas de los bares son otro de los recursos más utilizados llegada la noche, lo que puede ir en favor del sector hostelero.

El consumo de electricidad va también en aumento con el uso prácticamente continuado de los sistemas de aire acondicionado y refrigeración, de los que se advierte, por motivos tanto ecológicos como sanitarios, que no han de programarse por debajo de los 25 grados.