Como cada año, el miércoles de Feria concentra todas las miradas en la misma zona: el Balcón del Guadalquivir. Allí son miles los jóvenes que se citan para disfrutar de este evento ya convertido en constumbre. Tras el falso rumor vertido en las redes sociales del acondicionamiento de un lugar alternativo a los aledaños del río para la realización del botellón, el Ayuntamiento se vió obligado a difundir la falsedad de estas informaciones, insistiendo en que el único sitio habilitado y autorizado para la concentración multitudinaria del miércoles seguía siendo el mismo. Bulo que no parece haber afectado a las previsiones de asistencia, que siguen enmarcándose en torno a los 20.000 de todos los años.

«La misma hora de otros años, pero mucha menos gente» afirmaban muchos de los que se encontraban allí desde las cuatro de la tarde. Esta vez, el flujo de personas comenzó a aparecer una hora después. La gran mayoría con camisetas personalizadas con eslóganes e imágenes que hacían referencia a los estudios que cursan: «En enfermería el tamaño sí importa» con ilustraciones de agujas y jeringuillas, «vine aquí por veterinario al rescate» o «si quieres un repaso, lléname el vaso». Desde Magisterio hasta Biomecánica, el botellón de Feria se podía tomar como uno universitario.

Las medidas tomadas por las autoridades han sido especialmente estrictas con la vigilancia y acotación del recinto. Contando con la Unidad de Caballería de la Policía Nacional, una mayor presencia de agentes de la Policía Local y el apoyo de Protección Civil para «una seguridad máxima y con garatías de libertad», según palabras del concejal de Seguridad Ciudadana y coordinador de esta Feria, Emilio Aumente. Estos dispositivos centraron sus esfuerzos, además de en controlar las masas, en evitar la aglomeración de personas en las rampas de acceso al recinto, obligando a trasladarse al nivel inferior.

La principal intención era la de evitar la concentración en las zonas superiores de las plataformas para no impedir el acceso a la Feria por la portada, hecho ocurrido días antes y además evitar que se extienda a otras zonas o incluso a las calles del Real.

El alcohol fue el principal protagonista en este macrobotellón, en el que «sea la hora que sea, no importa, hemos venido a pasarlo bien y después a disfrutar de la Feria», declaraba uno de los más de 20.000 chavales que acudieron a la plataforma, según estimaciones del Ayuntamiento.

Otro factor, el económico: «Estudiando no nos podemos permitir gastar tanto en una caseta. Esto nos sale más barato y el fin es el mismo» señalaban algunos de los que allí se encontraban. La vida del estudiante.