La consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, reiteró ayer en el pleno del Parlamento su "preocupación" ante la reducción del 20% de las subvenciones destinadas desde el Gobierno central al fomento de la donación y los trasplantes de órganos. Tras una pregunta oral formulada por el Grupo Socialista, Montero detalló que "hasta ahora" se había mantenido en 2,5 millones de euros esa partida, "que ahora ha sido reducida en casi medio millón de euros". La reducción afecta a la formación de profesionales, a lo que se destinarán 400.000 euros menos, y a los centros hospitalarios que realicen actividades de trasplantes (100.000 euros menos).

Montero calificó este tipo de decisiones como "política del retroceso". No obstante, se felicitó por que la orden, finalmente, no recoja la intención inicial de condicionar las ayudas a los trasplantes al objetivo de estabilidad, lo que mezclaba una cuestión puramente fiscal y económica con el objetivo de salvar vidas.

Desde el PP, la diputada Patricia del Pozo acusó a la consejera de Salud de estar llevando a cabo una política de "fusión" de hospitales "sin establecer una norma reguladora", la cual está provocando un "incendio entre los profesionales que se nota ya incluso en la asistencia", unos hechos que la titular del ramo negó en todo momento. La popular aseguró que la plataforma sindical creada para defender la independencia de ambos hospitales "ya advirtió de que en el primer trimestre de 2014 se quedaría un solo hospital denominado Complejo Hospitalario de Sevilla. Mantenga los dos centros y quite ese disparate de tres camas por habitación que hay en algunas áreas del Macarena", zanjó.