La designación de los nuevos consejeros del Consejo Consultivo generó ayer un gran debate al cuestionar partidos de la oposición la decisión unilateral y sin debate del Consejo de Gobierno. El Ejecutivo andaluz aprobó el nombramiento de nuevos consejeros, tanto con dedicación exclusiva como sin requisito de exclusividad, con motivo de la finalización de mandatos. Al frente de este órgano continúa Juan Cano Bueso como presidente. El portavoz del Ejecutivo andaluz, Juan Carlos Blanco, dijo que acometer esta renovación, consecuencia de la expiración de mandatos, es una competencia que corresponde al Consejo de Gobierno y, en consecuencia, lo que se ha hecho es «cumplir lo que corresponde por ley». «La mayor parte de los miembros ya no podía renovar sus mandatos y había que proceder a esta renovación», sentenció Blanco. La portavoz parlamentaria del PP-A, Carmen Crespo, calificó como el «mayor acto de despotismo» en la autonomía andaluza la renovación del Consejo Consultivo, decisión que achacó a una «represalia» relacionada con el caso de los ERE. El Consejo de Gobierno acordó renovar la composición del Consejo Consultivo de Andalucía, incluidos los dos del PP-A, que fueron sustituidos.

La renovación se ha llevado a cabo «sin diálogo ni consenso con el resto de grupos políticos. Es un acto propio del absolutismo, una conducta propia del peronismo», denunció Crespo. En este sentido, el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, tildó de «impresentable» la reacción del PP-A ante la renovación «legítima» del Consejo Consultivo.

Por su parte, Podemos Andalucía criticó que el Gobierno andaluz haya renovado la composición «quebrando la costumbre de pactar con otras fuerzas» los miembros del mismo, motivo por el que ha acusado al PSOE-A de hacer «política partidaria».

El coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, acusó a la presidenta de la Junta de «sectarismo» por acometer la renovación sin negociar con el resto de partidos políticos, como se ha hecho en otras ocasiones.