La finca Navallana, en Villafranca, vivió ayer un momento histórico con la reintroducción experimental de dos ejemplares de lince ibérico destinados a la formación de una nueva población en una zona en la que desapareció hace años.

Según afirmó la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, dicha actuación se completará antes del 2010 con la llegada a la zona de un total de seis ejemplares, primer paso de una "iniciativa experimental" dirigida por la Junta de Andalucía con la intención de devolver la especie a sus antiguos territorios de asentamiento en la Península Ibérica.

Esta medida pionera se ha iniciado con la llegada del macho Caberú y la hembra Charqueña , de cuatro años y procedentes respectivamente de las instalaciones del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas de Andújar (Jaén) y Cardeña.

La primera fase de esta experiencia, que cuenta con el aval de los científicos que asesoran en el proyecto Life Lince, se desarrolla mediante un sistema conocido como "sueltas blandas", por lo que su liberación se ha llevado a cabo en un cercado de preadaptación de entre tres y cuatro hectáreas en el que esta pareja de linces permanecerá un tiempo indeterminado antes de permitir su total acceso al medio natural. En las próximas semanas se liberarán otras dos parejas en sendos cercados de idénticas características, según explicó Miguel Angel Simón, director del proyecto.

La titular de Medio Ambiente destacó que la intención es favorecer el asentamiento de la especie mediante reproducción natural y su cría en libertad. La suelta se realiza en un periodo inmediatamente anterior a la época de celo, que se produce entre enero y febrero. Las tres parejas seleccionadas, dos formadas por ejemplares adultos y una de individuos juveniles, han sido escogidas en función de su adecuación genética para favorecer la consecución de este fin. Diversos estudios científicos han determinado para esta zona una capacidad de acogida de 30 hembras territoriales. La intención es que los ejemplares se expandan por 18.000 hectáreas de los términos de Villafranca y Adamuz. La consejera opinó que la reintroducción de linces en Córdoba "le ha ganado la partida" al reforzamiento de la población de Doñana con felinos de Sierra Morena, que este año no se ha realizado a diferencia de años anteriores.

María Victoria Martínez Sagrera, propietaria de la finca, señaló que "es una gran satisfacción que se produzca la suelta en nuestra propiedad, ya que llevamos 7 años con este proyecto, y esperamos que se queden para siempre". La niña Angela Ortiz, de 10 años, fue la encargada de abrir una de las trampillas para que saliera uno de los linces.