La actual forma de baremar a los alumnos para acceder a un colegio está más que demostrado que hace aguas por muchos sitios. El primero es baremar a niños que tienen hermanos dentro del colegio cuando estos deberían entrar automáticamente, y evitar así el trago que tienen que pasar otros padres al denunciarlos, porque el domicilio habitual haya cambiado y ya no pertenezca a la zona de influencia por ejemplo y queden ellos con tan sólo los 6 puntos por hermano, pasando al final de las listas.

Otro gran problema es el de utilizar, como documento acreditativo para la vivienda habitual, el empadronamiento, cuando todo el mundo conoce la facilidad que da el Ayuntamiento de Córdoba para empadronarse donde uno quiera (autorización de la persona propietaria del piso donde te quieres empadronar).

Y yo me pregunto, si el proceso de escolarización depende de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía ¿por qué insisten en pedir un documento al Ayuntamiento del que depende gran parte del proceso selectivo? Pues para no mojarse nada y echar balones al tejado del Consistorio y que estos resuelvan un problema que es suyo.

Con todo y con eso el Ayuntamiento mueve a sus policías y hace distintas averiguaciones que luego la Delegación, siempre desde su despacho, no hay que moverse mucho, lee y sentencia lo que a ellos les parece, porque no siempre le dan la razón a la policía, que es la que ha ido casa por casa investigando e informando de quién miente y quién no, sino que ellos con el informe policial y los papeles que aportan los padres, presuntos falseadores, ejecutan desde su sillón las resoluciones que estimen convenientes.

La Delegación ha tenido tres meses para remitir oficios a las empresas de suministros, a las de telefonía fija y lo que es más fácil, a pedir a la Agencia Estatal Tributaria el domicilio habitual, lo mismo que piden los ingresos anuales, pero no ha hecho nada, sólo echar a pelear a los padres y reclamar al Ayuntamiento que compruebe el padrón de habitantes.

No hay que ser un lince, por ejemplo, para darse cuenta que el número de niños nacidos en 2006 (3 años) en la zona centro es muy inferior al número de plazas que hay en los colegios de esa zona para esa edad, y sabiendo que el domicilio familiar está por encima del laboral en caso de empate, sería imposible no obtener una plaza en un colegio de la zona de influencia para una familia que viva allí. Pero, sin embargo, son muchas las familias que se quedan sin plaza y la Delegación se pone una venda en los ojos y las manda al colegio público más cercano, léase, barrio de San Andrés con entrada por Avenida Barcelona, muy cerca del Paseo de la Victoria a su parecer, en vez de comprobar cuántas son las familias perjudicadas y aumentar la ratio entre todos los colegios de la zona sin perjudicar el 10% establecido por curso.

La impotencia de los padres que por culpa de una mala organización nos vemos perjudicados a favor de otros es muy elevada y solo nos queda creer en la Justicia ya que en la Delegación de Educación no creen ni ellos. Con esto, animo a los padres que les toque matricular a sus hijos de 3 años en el próximo curso, y que vivan en el nuevo, amplio y precioso barrio de Arroyo del Moro, que matriculen a sus hijos en los colegios del centro que hay sitio para todos y no van a tener problemas, eso sí, empadronaros todos en mi casa que yo os autorizo.

Para finalizar, una deducción: con la educación sí se juega, y haciendo trampas se gana.

* Padre y periodista