Cuando se padece una enfermedad grave como el cáncer u otras también muy extendidas como la fibromialgia o los trastornos de la alimentación, una de las consecuencias es el propio dolor físico, la baja autoestima y la afectación de muchas facetas del movimiento. Para tratar de aliviar estos problemas, la cordobesa África Moreno abrió en noviembre su centro de terapia en movimiento. Esta profesora de danza, que posee la titulación de Danza Española y de Coreografía, hasta hace unos años estuvo bailando en los mejores teatros de España y del extranjero y ha dirigido una Escuela de Danza de Murcia. Es bailarina profesional desde los 18 años y fue ayudante de dirección de la Compañía Andaluza de Danza. Pero un día decidió enfocar sus conocimientos y su «disfrute» por la danza a la ayuda de los enfermos. Para ello, con el apoyo del oncólogo médico cordobés Juan de la Haba, que es familiar suyo, África estuvo formándose durante un año en Barcelona en terapia en movimiento y danzaterapia. «En mi centro quiero que los pacientes de Oncología puedan tener un espacio en el que, a través del movimiento, puedan expresar sus emociones. Cuando aparece una enfermedad como el cáncer tu cuerpo te pide que te pares, que te escuches y que sepas qué emoción es la que te está bloqueando. Con la terapia de la danza en movimiento puedes permitir que salgan todas las emociones (el miedo, la tristeza, la rabia o la impotencia). Durante mi etapa en Murcia estuve trabajando la terapia en movimiento con pacientes de la delegación murciana de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Al regresar a Córdoba quería seguir con este trabajo y me planteé poder abrir un espacio en Córdoba donde las personas se beneficiaran de la danzaterapia», explica África Moreno. De momento, las alumnas que tiene son todas mujeres, «pero en el centro hay cabida, por supuesto, también para los hombres», resalta. Además, Moreno también trabaja con madres cuidadoras de la asociación Acpacys.

A esta profesora de danza le gustaría poder firmar un convenio con la AECC de Córdoba para que las pacientes conozcan esta actividad. «Eran muy buenos los resultados que, de forma conjunta con la psicóloga de la AECC de Murcia, lográbamos con las pacientes. Hay enfermas de cáncer que se pasan semanas sin moverse y eso es como estar muertas en vida. Trabajé con una paciente, operada de cáncer de tiroides. Me llegó con la espalda totalmente torcida y no podía subir el brazo. Consiguió ponerse derecha, mover su brazo, tener movilidad. No se movía del mismo miedo que tenía a la enfermedad», expone África Moreno. «Con mis clases intento que lleguen a moverse, sentirse importantes, quererse, escucharse y a tener vida que es de lo que se trata. Para venir a estas clases no es necesario saber bailar, ni tener un físico estupendo. El movimiento se adaptará a lo que le permita el cuerpo», añade.