El joven diseñador cordobés lleva dos años consecutivos siendo finalista en un concurso de diseño de joyas de Guadalajara (México), al que concurren proyectos de 16 países

-- Dos veces se ha presentado y dos veces que ha sido finalista. No ha llegado a conseguir premio pero se ha quedado cerca.

-- Es muy difícil que un extranjero consiga un premio y más si llevas participando poco tiempo, pero me he quedado quinto, que ya es un mérito. Y mi hermano también ha conseguido entrar en el top 20, de más de 200.

--¿En qué consistía el diseño que ha presentado este año?

--El tema era el Apocalipsis. Yo he escogido una sortija porque es donde mejor se puede representar un concepto en una pieza y además es lo más difícil. He presentado una sortija que representa lo que pasa después del fin del mundo.

--¿Y cómo ha hecho eso?

--Pues representa el impacto de un meteorito contra la tierra, como si hubiera habido un megatsunami y deja un paisaje desértico de destrucción.

--¿Y eso se puede hacer en una sortija?

--Sí. Uno de los requisitos es que pueda ser desarrollable y lo es. Los materiales y todo están pensados para que se pueda hacer.

--¿Pero cómo se hace?

--Pues lleva una base de ónix negra que representa el espacio, con piedras de Swarovski, que era un requisito a cumplir. Luego, he creado con un programa de escultura digital, que es algo muy nuevo y poco utilizado, la bola del mundo y ha quedado bastante original.

--Ser finalista dos años seguidos de este concurso tan importante internacionalmente ¿qué significa para usted?

--Bastante, porque con estos concursos, si quedas de los primeros te das cuenta de que a nivel mundial (son 16 países) estás encaminado en las nuevas tendencias de diseño y en lo que la gente más o menos demanda. Y también, el reconocimiento al diseñador, que te da promoción.

--Eso le quería preguntar, si le ha abierto puertas.

--Sí, la verdad es que me está ayudando. Antes no me conocía casi nadie. Ahora me conocen bastante y ya he tenido varias entrevistas de empresas importantes.

--Precisamente algo de lo que se viene hablando desde hace mucho tiempo en la joyería cordobesa es de la necesidad de renovarse en materia de diseño.

-- Yo creo que el sector joyero, en este terreno, se ha quedado un poco estancadillo en los últimos años. Otros sectores se han adaptado mejor al paso del tiempo y, como quien dice, otras ciudades y otros países han ido evolucionando. Creo que el trabajo de los nuevos diseñadores es intentar modernizar la joyería, porque no solo estamos formados en diseño sino que también lo estamos en otras cuestiones más relacionadas con el marketing o la publicidad. Porque ahora la gente lo que demanda más es la marca y el diseño, el concepto. Para salir de la crisis hay que innovar y sorprender.