--En ‘Amores contra el tiempo’ reivindicas el último tabú en nuestra sociedad: la estigmatización de relaciones entre una mujer mayor y un hombre joven.

--Algunos casos mediáticos han podido hacer pensar que esto ha cambiado, pero nada más lejos de la realidad. Solo son la excepción.

--No sé si es que los hombres se lo han montado muy bien o que los prejuicios en este tipo de relaciones también provienen de las mujeres.

--Las dos cosas, pero es que hombres y mujeres somos víctimas de los mismos prejuicios. Al fin y al cabo, nos bombardean con ellos desde la cuna.

--Nos han vendido la moto de que la madurez masculina es interesante pero la de las mujeres está mal vista. ¿Otro síntoma machista o la sociedad en su conjunto no acaba de incorporarse al siglo XXI?

--Es machismo de primera. Con esta idea, el hombre prolonga su vida amorosa y tiene más opciones que las féminas.

--¿El culto a la juventud, más allá de ser hombre o mujer, y del que todos nos beneficiamos en su momento, no nos espera a todos a la vuelta de la esquina, con más o menos inquina?

--Claro. Y está también detrás de la crítica hacia las relaciones en las que la mujer es mayor que el hombre. Es como si no gustara que, a partir de cierta edad, tuviéramos vida amorosa.

--De las mujeres se dice que sois las peores enemigas o también que sois más sensibles que los hombres. ¿Hasta cuándo tanto tópico?

--Cuanto más conscientes seamos de ello, antes lo resolveremos. Yo tengo excelentes amigas. Creo mucho en la solidaridad entre mujeres. No me identifico con esa idea.

--Por tu libro desfilan mujeres que amaron a hombres más jóvenes como Dolores Ibarruri, Coco Chanel, Agatha Christie o Julia Urquidi. ¿Cuál de estas relaciones fue la más sorprendente?

--Quizá la de Dolores Ibarruri, Pasionaria, que fue atacada por esta circunstancia incluso por miembros de su propio partido, y la de Julia Urquidi, primera esposa de Mario Vargas Llosa. Cuando el padre de este se enteró, amenazó con pegar un tiro a su propio hijo por esto.

--Siempre nos dijeron que el amor no tiene edad. Una canción hablaba de que no tengo edad para amarte. Algunos escritores confesaron su amor a ‘lolitas’. ¿Cuántas de ellas dejaron testimonio de estas relaciones?

--Muchas más, claro. Hay muchísimas mujeres que han salido con hombres mayores e incluso muy mayores.

--Tú viviste en carne propia esta relación de amor. Tu cabreo te llevó a crear el blog minovioesmasjoven.com. ¿Cuál fue la respuesta?

--Me empezó a escribir gente de todas partes dándome las gracias por ese punto de encuentro. Muchas mujeres me decían (y me dicen) que gracias al blog se sienten menos solas.

--Vargas Llosa dejó escrita en ‘La tía Julia y el escribidor’ la relación con su tía Julia Urquidi, diez años mayor, a quien abandonó por su prima. Al final, todo quedó en casa hasta que apareció Isabel Preysler.

--Fue un lío familiar importante, porque la prima Patricia era también sobrina de Julia. Cuando el padre de Julia se enteró, le dijo a esta: «Ni siquiera puedo odiar a quien tanto daño ha hecho a mi hija, porque es mi propia nieta».

--¿Qué aporta un hombre joven -o una mujer joven- a una mujer madura -o un hombre maduro-?

--Lo mismo que en cualquier relación: la química y la afinidad entre dos personas son más importantes que la edad o que cualquier otra consideración.