A pocas semanas de que finalice el año, el anuncio anticipado y ratificado en Pleno de la congelación de los impuestos municipales para el 2018 aliviará en algo los bolsillos para la consabida cuesta que llegará como siempre en el mes de enero, tras el consumo navideño y de Reyes. Un hecho que será más aliviado si cabe si en los próximos meses las cifras del desempleo siguen descendiendo, señal de que el dinero circulará más ligeramente como consecuencia de la creación de empleo, ya que en caso contrario, la congelación podría ayudar poco.

Todo ello sin olvidar que a menores ingresos en las arcas municipales como consecuencia de esa congelación, se realizará un mayor control de la gestión económica por parte del consistorio, lo que al igual que en años anteriores no debe incidir en los propios servicios públicos y en su calidad.