Ojalá un solo triunfo abriera el horizonte hasta el punto de olvidar dos meses y medio sin lograr la victoria. Pero la realidad clasificatoria manda y aunque el reto del Córdoba de Carrión se centra, ahora mismo, en alargar el punto de ilusión que ha generado en no pocos la detención de la nefasta racha de nueve jornadas sin lograr la victoria, el nuevo entrenador blanquiverde no lo tendrá nada fácil, tanto por el número de efectivos de los que dispone como porque más de uno no da el perfil para lo que se pretende. Son varias las zonas del campo en las que las dudas continúan ahí, aunque quizás, como botón de muestra, valga como ejemplo la de la izquierda, sobre todo porque si hay un chaval que ha despertado algo de esperanza en la decaída parroquia blanquiverde sea Javi Galán. El pacense ha aportado algo que no tenía el equipo, desborde, además de que un estreno siempre es un estreno, por lo que la idea de Carrión y de todos los seguidores es que el extremo izquierdo pueda mantener el nivel mostrado en la primera parte en Reus, sobre todo, y en el duelo copero ante el Málaga. Porque la siniestra blanquiverde lo está siendo más que nunca en las últimas temporadas.

Todo comenzó en verano, con el adiós a Fidel e intentando colocar a Samu de los Reyes para intentar traer a una alternativa más fiable a Domingo Cisma, un lateral con experiencia y que puede ayudar al equipo, aunque con el hándicap del físico en algunas fases de cada temporada, como se demostró en la pasada. A pesar de intentar colocarlo incluso en Segunda B, el club se vio incapaz y tuvo que mantenerle en la plantilla como opción a Cisma. Por delante no había mejor perspectiva, ya que como se preveía, la puesta a punto de Alfaro no iba a ser cuestión de un mes de competición. El onubense tiene toda la calidad del mundo, pero la inactividad de los dos últimos años pasa factura. El público no perdona y después de tres meses de competición terminó por ser silbado en El Arcángel. Ello obligó a desplazar a Juli, uno de los destacados del equipo, al centro, con lo que había que colocar por la izquierda a Bergdich, que llegó con la etiqueta de hombre de ataque que, además, puede actuar de carrilero. El marroquí no ha convencido para nada, al menos hasta ahora, lo que ha obligado a tirar de Javi Galán. Así, toca cruzar los dedos para que el chaval alargue ese arranque todo lo posible y buscar en enero algo a sus espaldas como opción a Cisma. El Córdoba tiene un serio problema por la izquierda.