«Gracias de todo corazón, queridos amigos de Córdoba de alguien que se siente aquí, entre vosotros, en su casa». Las palabras finales del discurso de investidura del violinista Yehudi Menuhin reivindicaban la simbología de quien venía a Córdoba a ser nombrado doctor honoris causa. El universal artista, fallecido en 1999, recibía el 11 de diciembre de 1995 el birrete azul que le acreditaba como doctorado por la Universidad de Córdoba, de manos del entonces rector Amador Jover, y bajo el padrinazgo de la Facultad de Filosofía y Letras. El acto, celebrado en el salón de Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos, se había tenido que retrasar por la complicada agenda del violinista y los problemas de salud del también director de orquesta nacido en Nueva York en 1916. La Universidad de Córdoba había aprobado su nombramiento el 23 de febrero de 1990, pero hasta cinco años después no pudo llevarse a efecto. Como padrino actuó el catedrático de Historia Medieval de la Facultad de Filosofía y Letras, Emilio Cabrera, que glosó su trayectoria, sus méritos humanos y su «decidido apoyo al entendimiento de los hombres y a las causas humanitarias». El rector Jover habló de la dedicación de Menuhin a la «convivencia entre los pueblos y la armonía de las culturas» y el universal violinista agradeció la distinción y resaltó su vinculación con la ciudad, exaltó la Córdoba de la cuatro culturas y de las tres religiones y reivindicó el flamenco, «este arte que es para mí el más expresivo, el más conmovedor de nuestras emociones». Menuhin afirmó que el flamenco es un arte «que nos abraza, que nos conmueve, que se inspira en todas las influencias». Precisamente, el violinista habló de la «maravillosa Blanca del Rey» y recordó una anterior visita a Córdoba que hizo ocho antes de la mano de dos amigos, «el señor y la señor Garaudy».

El doctorado, que había titulado su discurso «De nuevo, en mi casa», se dirigió a unos amigos «con los cuales tengo la impresión hoy de haber compartido una vida anterior, una existencia que nos ha unido desde entonces y para siempre».