María Alcántara, cantante de la Sonora Band, lleva toda la vida de alquiler. "Desde que salí de casa de mis padres, en el año 94 o así, primero sola, y luego con pareja", explica. Su trabajo en la música no le ha dado garantías suficientes de estabilidad económica como para pensar en una hipoteca. "Nunca me he querido meter en más líos de los que pudiera pagar y siempre me ha gustado elegir dónde vivo". Para María, el alquiler te da esa libertad. "Alguna vez nos hemos planteado comprar algo, pero lo que nos gustaba era muy caro y lo que podíamos pagar, no era lo que buscábamos", explica, "para nosotros siempre ha sido más importante vivir en un sitio donde nos sintiéramos a gusto que decir este piso es mío (en realidad es del banco, bromea)". La crisis les ha acabado dando la razón. "Mucha gente nos decía que alquilar era una forma de tirar el dinero, que había que comprar para el día de mañana", recuerda, "ahora la cosa ha cambiado, algunos de ellos se arrepienten de haberse metido en una hipoteca y más de uno ha tenido que vender su casa por no poder pagarla, e irse de alquiler". Ella siempre ha vivido en Córdoba y desde que vive en pareja, solo se han mudado dos veces. "Estuvimos seis o siete años en Ciudad Jardín y después nos fuimos a una casa en el campo", comenta, "esa es otra ventaja que tiene el alquiler, que puedes cambiar en función de lo que necesitas o te apetece en cada momento, además mi marido es cubano y piensas que un día quizás te vas a querer mover". No en vano a veces, una hipoteca se convierte en un lastre, no solo económico sino físico, que te vincula a un espacio casi de por vida. Otra cosa buena, según María, es que el casero se encarga de los problemas. "Nosotros nos encargamos del jardín porque nos gusta, pero el mantenimiento de la vivienda es cosa del propietario".