Todos los testimonios recogidos por este diario apuntan a que tuvieron que guardar cola para entrar y que una vez dentro "había mucha gente". José Manuel R. afirma que "el flujo de gente seguía" y que fuera "había hasta chicas llorando porque no tenían entrada". Ana V.H. señala que "hubo peleas dentro y volaron botellas" a partir de la una, cuando "había muchísima gente que quería entrar". Francisco R.M. comenta que "lo de la entrada daba miedo de tanta peña como había" y que en el interior "era difícil moverse", y su amigo Javier A.P. dice que "entrar nos costó una hora". R.A.F., madre de uno de los asistentes, asegura que "avisé a la Policía Local el miércoles porque vi que en la entrada de mi hijo decía que el sitio era secreto y lo mandé por 'what'sapp' a un número que me dieron".