Sorpresa, incertidumbre y no pocos comentarios está provocando el caso del reencuentro de Rosaura Fernández con Inés Arjona, su madre biológica que allá por 1977 dio a luz a la que sería su segunda hija en Priego. Pese a coincidir la aparición en Diario CORDOBA de la noticia con el fin de semana, el calado de la misma ha sido de tal calibre que son pocos los vecinos que no han ofrecido su opinión sobre lo ocurrido hace ya más de tres décadas en el municipio cordobés.

El lugar en el que se produjo el alumbramiento era precisamente uno de los aspectos que ha generado más dudas en la localidad de la Subbética, ya que al hacer mención en varias ocasiones a la "maternidad", han sido muchos los prieguenses que situaron el nacimiento de Inés en la denominada Subbrigada Sanitaria, un ambulatorio de maternidad y lactancia inaugurado en la dictadura de Primo de Rivera y en funcionamiento hasta la década de lo setenta del pasado siglo.

Pero, como han puesto de manifiesto varios de los protagonistas de esta historia, fue en San Juan de Dios donde se produjeron los hechos, por aquel entonces un ambulatorio clasificado como beneficiencia particular en 1900 y en funcionamiento hasta los años ochenta, al frente del que se encontraba la comunidad de monjas Mercedarias, que también gestionaron hasta su marcha una residencia de ancianos, que aún sigue funcionando.

Una vez aclarado el lugar, todavía son muchos los flecos que quedan por atar en esta historia familiar. Entre ellos, el papel que los facultativos sanitarios que en aquel momento eran responsables del hospital, máxime si se confirma con las pruebas de ADN que Rosaura es hija de Inés. Estos facultativos, según la madre biológica, certificaron el fallecimiento de la primera, pues en su partida de nacimiento figura como nacida en Sevilla.

De ahí que las dudas sobre otros posibles casos en el hospital de San Juan de Dios fueran la comidilla de tertulias y reuniones en la localidad, aunque siempre con las precauciones que un caso de este calado encierra y, sobre todo, sin olvidar que alguno de los facultativos que ejercieron en este período en el hospital, siguen siendo vecinos y residentes en Priego de Córdoba.