Si la Mezquita es el monumento que representa Al-Andalus y la presencia musulmana en Europa, el aceite es el producto identitario de la agricultura andaluza. Pensadores árabes y judíos residentes en Córdoba en aquellos años de expansión cultural se adelantaron a los científicos actuales al reconocer los valores saludables de la aceituna. No se puede entender Andalucía sin el olivar y el andaluz sin el aceite. Pero parece que todo da igual y seguimos sin valorar la esencia de esta cultura milenaria. Permanecemos impasibles a que unos pocos se lleven la savia andaluza a bajo coste, sin el justo reconocimiento.