Casi mil pacientes que han recibido en el hospital Reina Sofía los nuevos tratamientos contra la hepatitis C, que empezaron a utilizarse en España entre el 2014 y 2015, se han curado de esta enfermedad y han quedado libres de la carga viral, apunta el especialista en Aparato Digestivo del hospital cordobés José Luis Montero. Según Montero, se han curado el 93% de los 1.020 pacientes con hepatitis C a los que se les ha puesto en el Reina Sofía estos tratamientos en los últimos tres años, alrededor de 950 personas.

En España el Plan Estratégico Nacional de la Hepatitis C, impulsado por el Gobierno en el 2015, ha tratado hasta junio del 2018 a más de 100.000 personas afectadas por este virus, con una tasa de curación de más del 95%. En relación a este plan, un informe del jefe de Aparato Digestivo del complejo hospitalario universitario de Pontevedra, Juan Turnes, expone que, gracias a la alta tasa de curación que han proporcionado estos nuevos fármacos, la mortalidad relacionada con enfermedades del hígado se habría reducido un 82%, los casos de cirrosis descompensada habrían bajado un 87%, los nuevos carcinomas de hígado un 74% y la mortalidad por enfermedad hepática casi un 90%, a la vez que dejaron de ser necesarios un 80% de trasplantes por este motivo.

UNA «REVOLUCIÓN» / Para Montero, la nueva generación de medicamentos antivirales ha significado «una revolución histórica» en el tratamiento y manejo clínico de la infección por virus C. Desde 1989-90, fecha en la que se describió el virus de la hepatitis C hasta el 2014, los tratamientos basados en un medicamento llamado Interferón (por vía subcutánea) y otro, Ribavirina (por vía oral), se limitaban a muy pocos pacientes por los efectos secundarios y escasa tolerancia que presentaban y porque curaban a pocos enfermos (al 30% o 40%, dependiendo de lo avanzado de la enfermedad). La aparición en el 2014 de estos nuevos tratamientos que se administran por vía oral, muy eficaces y con escasos efectos secundarios, muy seguros y muy bien tolerados por los enfermos han permitido curar la infección por el virus C a más del 90% de pacientes tratados. José Luis Montero destaca que el Plan Estratégico Nacional de la Hepatitis C, consensuado entre el Ministerio de Sanidad, comunidades autónomas y sociedades científicas, sigue en vigor. «A mediados del 2014 empezamos a tratar a los pacientes con enfermedad más avanzada y en riesgo grave de complicaciones por la infección (grado de fibrosis hepática alta o moderada y enfermos de especial riesgo) y actualmente ya asistimos a todos los enfermos con infección por virus C, al margen de la fase de la enfermedad, siempre que no exista contraindicación formal para el tratamiento», expone.

EJEMPLO DEL PAÍS / «España ha sido ejemplo para muchos países y ocupa uno de los primeros puestos en la aplicación de los nuevos antivirales de acción directa», resalta este especialista.

En las consultas del Reina Sofía se atienden a unos 15 o 20 pacientes al mes con diagnóstico de hepatitis C. De los 1.100 pacientes que estaban en seguimiento por hepatitis C, a un 40% se la ha podido dar el alta tras curarse, y al resto siguen bajo evaluación porque, aunque hayan quedado libres de carga viral, presentan complicaciones que hay que continuar vigilando. Con motivo de la celebración ayer del día mundial contra la hepatitis la Alianza para la Eliminación de la Hepatitis Víricas en España (Aehve), que integra a sociedades científicas y asociaciones de pacientes, insta a las administraciones a implantar estrategias de detección precoz que permitan sacar a la luz a los pacientes que desconocen aún que padecen hepatitis C para poder tratarlos, con el objetivo de poder eliminar del todo esta infección viral crónica.

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LAS CLAVES DE ESTA PATOLOGÍA

DESCRIPCIÓN DEL VIRUS

La hepatitis por el virus C se conoce desde 1989/90. Antes se la llamaba hepatitis no A o no B, ya que se conocían solo estos dos virus.

FORMA DE CONTAGIO

La principal forma de contagio del virus C y del VIH es muy parecida y compartida (vía parenteral). Por eso, la coinfección de ambos virus es muy frecuente. Desde que existen tratamientos muy efectivos para el VIH, la infección por el virus C ha sido la principal causa de mortalidad de los pacientes coinfectados.

OTRAS VÍAS

Hay pacientes con hepatitis C con antecedentes que no justifican su contagio. Aunque ya es infrecuente la infección por transfusión, existen muchos pacientes que contrajeron la enfermedad por esta vía cuando antes de 1990 no se había descubierto el virus ni había forma de detectarlo. Otro grupo de afectados son pacientes adictos a drogas por vía parenteral y las personas que fueron tratadas con inyecciones en la época en la que se usaban jeringuillas no desechables. Los tatuajes y ‘piercing’ pueden ser causa a su vez de infección si no se usan materiales desechables o no se adoptan medidas higiénicas. También mantener relaciones sexuales de alto riesgo (‘chemsex’ -sexo asociado al consumo de drogas-, ‘fisting’ o uso de juguetes sexuales), sobre todo entre hombres, grupo en el que se ha detectado un aumento de pacientes reinfectados, tras curarse.

ELIMINAR EL VIRUS

El reto de la OMS y sociedades científicas es que haya cero casos para el 2030.