En el siglo XIX, en el espacio que hoy ocupan Las Margaritas, casi no existían construcciones. Tras las vías del tren, que dividieron la ciudad hasta la llegada del AVE y la ejecución del Plan Renfe, tan solo estaban las huertas. Con la revolución industrial algunas de ellas cambiaron, se convirtieron en fábricas y el entorno se fue transformando.

Así lo recogía Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba: «a la derecha la Estación de los ferrocarriles de Sevilla, Madrid y Málaga, y a la izquierda la de la línea de Espiel y Belmez», existe un «gran tramo dedicado a la industria» con fábricas que son muestra «de nuestra entrada en la vida industrial».

En el plano encargado por el Ayuntamiento al oficial del cuerpo de topógrafos Dioniosio Casañal y Zapatero en 1882 solo figura una de aquellas edificaciones, la Fundición Las Margaritas, que comenzaba a construirse en la década de 1870 sobre el terreno que hoy ocupa la estación de autobuses y que se convirtió en la industria más importante de la zona en aquellos años.

Muy cerca de allí estaba también la orujera del empresario Joaquín de la Torre, que además hacía jabones. En el siglo XX será el ingeniero y director gerente de la Empresa de Aguas Potables, Rafael Eraso Salinas, quien se haga cargo de la empresa de jabón y de la aceitera del Chimeneón que funcionaron durante varias décadas y que tenía su sede social en el 172 de la Carretera de Trassierra.

En 1900 el Ayuntamiento informaba a través de la prensa del momento de la apertura de un plazo de consulta, para los «vecinos y terratenientes más próximos», de los planos y del proyecto presentado por Federico Molero y Levenfelt para «construir e instalar una fábrica de utensilios y productos esmaltados en los terrenos pertenecientes a la huerta nombrada del Recuero extramuros de esta localidad», según recogía el Defensor de Córdoba en su edición del 2 de diciembre. Nacía así la fábrica de la Sociedad de Utensilios y Productos Esmaltados, que pasaría a ser conocida como La Porcelana.

La empresa pronto se convirtió en un referente para la ciudad y el 12 de mayo de 1904 recibía la visita del rey Alfonso XIII, que llegó a Córdoba en el tren de las once en punto.

El monarca visitó el Ayuntamiento, la Mezquita, y camino de las Ermitas, antes de la cena que tuvo con los alcaldes de toda la provincia en el Hotel Oriente, se detuvo en la fábrica. Allí los dueños le obsequiaron con una «chapa de esmalte con los colores nacionales y varias vistas de la fábrica» enmarcada «con un peluche con el escudo de la Casa Real y el Toisón de Oro» y metida en un estuche con cuatro flores de lis.

Más tarde se uniría al complejo fabril la firma Metalgráfica cordobesa, conocida por la mayoría como la Fábrica de las Latas. En la publicidad de la década de los 30 la empresa se anunciaba como «talleres de envases de lata y cinc estampados para aceites, pimientos, aceituna, etc., y en los cuales un ejército de bellas señoritas y operarios inteligentes enaltecen el tecnicismo de la empresa andaluza». Así eran las cosas por aquel entonces.

Poco a poco la zona se fue poblando. En 1936 comenzaban las obras de las llamadas Casas Baratas para obreros. Azul. Órgano de la Falange Española de las Jons publicaba en su edición del 21 de noviembre que «no se ha hecho acaso el comentario justo a esta iniciativa» de construir 40 primeras viviendas en Margaritas a las que seguirán «otras tantas y así progresivamente se irán logrando todas las precisas para recoger en ellas a los sin hogar (...)».

Aún quedan en pie algunas de aquellas viviendas en la Colonia de la Paz, que forma parte del barrio, aunque casi todas han sido remodeladas y ya nada tienen que ver con las que se levantaron en plena Guerra Civil.

A pesar de que el barrio estaba separado del resto de la ciudad por las vías del tren, fue creciendo y a partir de los años 70 empezaron a levantarse los bloques de edificios que aún hoy están en la parte derecha de la carretera de Trassierra. Después, el AVE y el Plan Renfe lo cambiaron todo y acabaron con las barreras físicas que los aislaban. Ahora, los vecinos viven una nueva reordenación urbana.