--¿Cómo era su Facultad de Veterinaria?

--En la facultad solo se podía practicar la docencia con puntos suspensivos, pues no contaba con unas instalaciones dignas. Era un pasillo, aulas y algunos laboratorios. Mi ambición cuando fui decano era lograr una ampliación, algo muy difícil, dada la ubicación del edificio. Cuando es engullida la facultad por la ciudad, nos quedaban dos alternativas, irnos a un lugar singular, o dejarla en Ciudad Jardín. Pero lo segundo era difícil por las características y amplitud que debía tener Veterinaria.

--¿De quién fue la idea del campus de Rabanales?

--Conocía muy bien Rabanales. Al marcharse de allí la Formación Profesional, hablábamos de las instalaciones fenomenales que allí había. Yo estaba de decano cuando Vicente Colomer era rector y Antonio Pascual, consejero de Educación. Le dijimos a Antonio Pascual que Rabanales podía ser un lugar idóneo para ubicar la Facultad de Veterinaria y otras titulaciones. Sin embargo, Agrónomos quería permanecer en su escuela y tenía una fuerza muy grande. Cuando entro de rector existía el proyecto de llevar Veterinaria a una parcela antigua de Agrónomos, pero era suelo no urbanizable y había que empezar desde cero. En otra visita del consejero de Educación fuimos a ver la Universidad Laboral, incluso la iglesia, que estaba bastante deteriorada, con varias vidrieras rotas y palomas en el interior. Para trasladar el campus a Rabanales debíamos contar con un modelo novedoso para lograr financiación de la Unión Europea, la Junta y el Ministerio. Buscamos una configuración moderna, con estructura departamental, y hoy nadie discute que la dificultad de Rabanales era muy grande, pero creímos en ella. El Claustro aprobó el modelo de Universidad por 300 votos a favor, 250 en contra y 50 abstenciones. Y los alumnos jugaron un papel primordial de apoyo a la Universidad de hoy.

--¿Qué sintió el día que se inauguró el campus de Rabanales y el que dejó el Rectorado?

--En la inauguración, que había logrado cambiar y orientar el rumbo de la Universidad de Córdoba. En mi despedida era consciente que dejaba una etapa de 28 años dedicados a la gestión universitaria.

--¿Cuáles fueron sus apoyos durante su etapa de rector?

--Un grupo de profesores que apostaron por un nuevo modelo de Universidad, un conjunto de personas del PAS que confiaron en mi gestión y los alumnos, a los que conseguimos ilusionar con el horizonte de una nueva Universidad. Aún guardo una nota de apoyo del Consejo de Estudiantes de la Universidad (CEU) en mi inicio de rector, en 1990.