El apoyo, solidaridad sin fisuras del mandatario estadounidense, Joe Biden, a su piedra angular en Oriente Próximo, no es el único entre la comunidad internacional. La Unión Europea, contundente en su condena. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Layen, habla de terrorismo despreciable. Línea similar, la del presidente francés o el canciller alemán.En el lado opuesto, Irán, aliado de Hamás, que no sólo les ha mostrado su apoyado, sino que les ha felicitado por el ataque. Más templada, la reacción de países como Marruecos o Arabia Saudí, que recientemente han normalizado sus relaciones con Israel, y que animan al cese de la violencia. Argumento que también ha esgrimido el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que ha abogado también por “la paz, la concordia y la convivencia entre pueblos”.Los socios de los socialistas sin embargo, contra la violencia, sí, pero han añadido un matiz: que la guerra nunca es la solución. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, lanzaba un mensaje a Israel: “Que Israel cumpla con las resoluciones de Naciones Unidas y la legalidad internacional. Nuestra solidaridad con el pueblo palestino”, afirmaba en Cádiz.