Ganado: toros de Fuente Ymbro, bien presentados, pero con notables desigualdades, bravos y de buen juego salvo los complicados segundo y sexto.

Víctor Puerto: dos pinchazos, casi media y descabello (pitos tras aviso); y estocada al encuentro (una oreja tras dos avisos).

Julián López ´El Juli´: estocada (una oreja); y pinchazo, metisaca, nuevo pinchazo, estocada y dos descabellos (palmas).

Miguel Angel Perera: estocada ligeramente trasera (dos orejas); y pinchazo y estocada (ovación al ser izado a hombros para salir así por la puerta grande).

Plaza: Valencia. Lleno.

La emoción del toro bravo en diversos grados y en atención también a la respuesta por parte de los toreros en función de la capacidad de cada uno de estos. No es nuevo que el toro de Fuente Ymbro es un espectáculo. Toro con acometividad, pero que haciéndole las cosas bien resulta muy agradecido. Toro, eso sí, que no perdona errores. Condiciones que tienen muy en cuenta los toreros a la hora de anunciarse con esta ganadería. Toro, por tanto, muy exigente y generoso a la vez. Ojo al dato. Por eso ya se habla de toreros especialistas en fuenteymbros , mientras alguna llamada figura no quiere ni verlos.

Concretamente, dos toreros muy identificados con esta ganadería son El Juli y Perera, o Perera y El Juli (el orden no se establece por antigüedad sino por triunfos compartidos con el propietario de la ganadería, Ricardo Gallardo). Porque ambos toreros, sobre todo Perera, son talismán para Fuente Ymbro, y viceversa.

En el sorteo de ayer salió mejor parado Perera, con un toro extraordinario, el tercero, al que le cuajó una faena de primor y de clamor. El Juli, en cambio, corrió peor suerte, con el lote en conjunto más deslucido, pero aun así se empeñó con el complicado primero de su lote, hasta arrancarle materialmente una oreja.

La terna la completaba Víctor Puerto, agraciado con dos toros mucho más que toreables, pero que casi llegan a ser para él una desdicha, dado que en el primero se le amontonaron las ideas hasta el punto de dejárselo ir lo que se dice sin torear, y al otro tardó en verlo, reaccionando sólo a partir de una voltereta cuando ya había hecho un largo trasteo insulso.

Entrando en detalles, hay que cantar sobre todo la gran faena de Perera al tercero. Un buen toro con un gran pitón derecho, y enfrente un buen torero. Perera lo toreó con exactitud, pero sobre todo con mucha pureza y verdad. Apostó fuerte al dejárselo algo crudo en varas. Pero acertó.

Desde el principio cites largos, muleta adelantada y figura muy encajada. El toro materialmente se quería comer el engaño, que Perera presentaba muy adelantado antes de traerselo muy suave pero con mucha firmeza. El trazo largo y sentido. Temple y compás, y ritmo. Extraordinario ritmo el conjunto en acción de toro y torero.

Por poner alguna pega, el toro repuso ligeramente por el pitón izquierdo, en una tanda en la que necesariamente y por esa circunstancia los muletazos salieron de uno en uno. Lo demás fue muy uniforme, compacto y de muy bella apostura por parte de los dos.

Después de haberse hartado mutuamente toro y torero en lo fundamental, en plena efervescencia, llegó un parón muy a modo en el que se estrecharon aun más las dos figuras, tomando así todavía carácter más sobresaliente. Tras la estocada cayeron las dos orejas. Premio que tiene un mensaje muy claro: Perera va a contar un año más entre los primeros, y el que quiera estar arriba tendrá que vérselas también con él.

El sexto, sin terminar de entregarse, le hizo pensar mucho a Perera que, sin embargo, lo intentó todo sin descomponerse.

OREJA DE MUCHO VALOR El Juli dio también su particular aldabonazo con una importante faena al toro segundo de la tarde, complicado como él solo, que embestía a empeñones, gazapón, sin humillar y muy pendiente del torero. Pero ahí estuvo El Juli, valiente y poderoso, siempre muy encima procurando de que el astado solo viera muleta. Y con una dificultad añadida, el viento. Todo lo superó El Juli, para terminar mandando en la situación, incluso pegando pases impensables. Estocada y oreja de mucho valor. En el quinto, un toro que se dejó sin más, El Juli porfió queriendo mucho, pero esta vez sin el ángel de lo artístico.