Problemas digestivos

Frustración digestiva: Doctor, ¿por qué me duele la barriga?

Es común encontrar cada vez más personas que sufren problemas digestivos, pero no saben exactamente qué tienen

Frustración digestiva: Doctor, ¿por qué me duele la barriga?

Frustración digestiva: Doctor, ¿por qué me duele la barriga?

Begoña González

En la última década, las visitas al médico por síntomas digestivos han aumentado un 40% en España. Tres de cada cuatro españoles tienen molestias digestivas y alrededor del 20% de la población sufre estreñimiento. Cada vez son más comunes los dolores de barriga aparentemente inexplicables que afectan al día a día de los pacientes sin que los médicos los consigan identificar. Estas personas, como consecuencia, sufren lo que ha pasado a conocerse como frustración digestiva, pero tal y como defiende la nutricionista Neus Elcacho, “su dolor no se lo inventan, ni están somatizando el problema es la falta de diagnóstico y lo que ello conlleva”. 

“La salud digestiva es frustrante”, resume en pocas palabras la autora del libro La vida secreta de tu microbiota (ed. Efadós). “Cada vez más, por desconocimiento, los médicos mandan pruebas simples y si no dan con el problema optan por diagnósticos de ‘nervios’ o ‘colon irritable’. Encontrarse mal a diario sin que nadie te pueda ayudar mina mucho la moral. Afecta emocionalmente y por eso, tras sufrirlo en mi propia persona decidí especializarme en ello”, explica. 

Es común encontrar cada vez más personas que sufren problemas digestivos, pero no saben exactamente qué tienen. Hay quien come sin gluten, sin lactosa, evitando la fructosa e incluso llevando a cabo dietas elementales, bajas en ‘Fodmaps’ o antiinflamatorias con tal de tratar de encontrar qué puede estar haciendo que se encuentre mal. Muchas veces ni así consiguen dar con la tecla correcta y el dolor y la incomprensión pasan a tomar el control de sus vidas. 

Bajo diagnóstico

La capacidad de identificar el origen de este tipo de desórdenes sigue siendo baja en España, pero aun así, más de un 15% de la población tiene diagnosticada una enfermedad digestiva crónica. “La medicina trata patologías, es decir, cuando ya tenemos unos síntomas graves que nos permitan identificar la patología, pero antes de eso, hay muchas personas que tienen síntomas digestivos, pero que no llegan a tener patologías y necesitan igualmente tratamiento”, asegura Elcacho. 

Que no sea patológico no significa que no sea importante. La ciencia está demostrando que nuestro estado de ánimo y comportamiento dependen completamente de lo que pasa en nuestros intestinos. Los microorganismos son capaces de modificar nuestra conducta. “Tener problemas digestivos, nos hace más propensos a sufrir enfermedades y a vivir menos felices”, resume Elcacho. 

El problema viene cuando el sistema médico es incapaz de detectar qué ocurre. “La simplicidad de los síntomas hace que sea difícil diagnosticar, porque que una persona esté hinchada o no vaya al baño no es tan grave como que una persona que en las heces haya producido un sangrado”, asegura Elcacho. Esta simplicidad hace que ante la falta de diagnóstico muchos médicos opten por asumir que son afecciones psicosomáticas o estrés. Estos diagnósticos tan poco acertados causan al paciente, ya de por sí hastiado, un fuerte sentimiento de abandono y frustración. Absolutamente todo lo que hacemos afecta a nuestro sistema digestivo. “Nuestras hormonas del estrés, las preocupaciones a nivel emocional, la alimentación, los tóxicos a los que estamos expuestos, nuestra genética, todo tiene influencia en el estado de nuestro sistema digestivo y esto va muchas veces desequilibrando nuestra microbiota”, asegura la nutricionista. 

Sedentarismo

Los problemas digestivos son cada vez más frecuentes dado nuestro estilo de vida.“Estamos prácticamente separados de lo que el cuerpo y nuestra microbiota necesita. Estamos hechos para vivir en contacto con la naturaleza y eso implica tener unos ritmos que van en sintonía de movimiento con la naturaleza y las emociones”, asegura Elcacho. No es que cada vez seamos más débiles o más alérgicos, sino que cada vez los productos son menos naturales y de menor calidad que irritan más nuestras mucosas intestinales y provocan reacciones.

“Es muy importante que cada vez seamos más conscientes de la importancia de tener unas mucosas sanas y unos microorganismos equilibrados. Por eso debemos tratar de entender cómo funcionan nuestras mucosas, qué necesitan o de qué se componen”, asegura la nutricionista. “La vida sedentaria es también un factor que complica la salud digestiva. Moverse y llevar una vida activa así como hacer ejercicio ayuda con los síntomas del estreñimiento y favorece la salud de la microbiota”, zanja.