La cooperante Pilar Martínez Docampo, de 32 años y vecina de Cangas do Morrazo (Pontevedra) y el ingeniero químico de Granollers (Barcelona) Jordi Dalmau Sayol, de 46, son las dos víctimas mortales españolas en el accidente aéreo de Etiopía, en el que fallecieron 157 personas el pasado domingo. Martínez Docampo trabajaba como cooperante de una ONG en Etiopía y viajaba en el avión de la compañía Ethiopian Airlines que se estrelló poco después de despegar de Adís Abeba con rumbo a Nairobi.

El municipio pontevedrés decretó ayer tres días de luto oficial por la muerte de su vecina. Su alcalde expresó su consternación por el fallecimiento de la joven y trasladó a su familia su apoyo y predisposición a colaborar en los trámites de repatriación del cadáver. Un ofrecimiento que se suma al de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra. Xosé Manuel Pazos añadió que «cualquier muerte de un vecino es sentida», pero en este caso se suma que la víctima era una persona joven y solidaria, por lo que la corporación local quiere expresar especialmente su «respeto y reconocimiento» con las jornadas de luto en los que las banderas ondearán a media asta. El ingeniero químico Jordi Dalmau trabajaba en la empresa Almar Water Solutions, especializada en el desarrollo de infraestructuras de agua, por lo que estaba realizando el viaje a Kenia por motivos profesionales.

CAJA NEGRA / Los equipos de rescate encontraban este lunes la caja negra del avión Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines que se estrelló poco después de despegar. «El registro digital de vuelo (DFDR) y el registro de voz de cabina (CVR) del (vuelo) ET302 han sido recuperados», aseguró Ethiopian Airlines en su último comunicado.

Un total de 157 personas de 35 nacionalidades, entre ellas los dos españoles, fallecieron al estrellarse el aparato en la zona de Hejeri, cerca de la localidad de Bishoftu, situada a unos 42 kilómetros al sudeste de Adís Abeba. Los equipos de rescate, incluidos equipos extranjeros de varios países, se encontraban ayer en la zona intentando recuperar los cuerpos y determinar las causas del accidente. Mientras tanto, el mismo vuelo Adís Abeba-Nairobi programado para ayer aterrizó sin ningún incidente en el aeropuerto Jomo Kenyatta de la capital keniana. El vuelo se realizó con un Boeing 787-8 Dreamliner y no con uno de los otros cuatro Boeing 737 MAX 8 que posee la compañía y que ayer decidió «dejar en tierra (...) hasta nuevo aviso». En Etiopía ayer fue un día de luto oficial por las víctimas del accidente, entre las que figuran 32 kenianos, 9 etíopes, 18 canadienses, 8 italianos, 8 chinos, 8 estadounidenses, 7 británicos y 7 franceses, entre las nacionalidades más afectadas. Además, también viajaban en la aeronave 22 empleados de diferentes agencias de la ONU. Ethiopian Airlines es la mayor aerolínea de África, con numerosos vuelos no solo a destinos internacionales sino también dentro del propio continente, y con una muy buena reputación de seguridad aérea.

Ayer varios países encabezados por China dejaban en tierra temporalmente todos los aviones del mismo modelo accidentado en Etiopía que tienen en sus hangares. Así lo hizo Indonesia, Marruecos y Mongolia. Compañías como Air Europa o Norwegian aseguraron por el contrario que continuarán volando con sus 737 Max 8, el modelo de avión siniestrado que carece de un sistema de control de vuelo de protección completa, según se supo ayer.

Las acciones de la compañía áerea Boeing se desplomaban casi un 11% en la Bolsa de Nueva York castigada por los mercados, en reacción al trágico accidente que sufrió el avión etíope el pasado domingo, por causas que aún se desconocen.