En el 2017 se registraron unas altas cifras de siniestralidad vial urbana: 64.740 accidentes con víctimas, en los cuales fallecieron 509 personas y otras 4.780 sufrieron heridas y fueron hospitalizadas. Mientras, 77.276 no necesitaron acudir a un centro médico. De los 509 fallecidos, casi la mitad fueron peatones, mientras que un 5% fueron ciclistas. Estas cifras derivan, casi en su totalidad, de los vehículos a motor.

El fiscal de Seguridad Vial calificó ayer de «inasumible» la siniestralidad urbana. La comunicación que ha enviado a las policías locales de toda España incluye en su primer apartado una observación sobre la «alta capacidad vulnerante» de los coches y pide a los agentes que refuercen la investigación, especialmente en los delitos de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, así como el exceso de velocidad. Los adelantamientos con temeridad manifiesta a ciclistas y patinadores que pongan en riesgo la vida deben generar, exige Vargas, el levantamiento de atestado ante los indicios de la comisión de un delito de conducción temeraria. Cuando haya imprudencia grave por atropello, por ejemplo, en un paso de peatones, pero las lesiones sean leves, el fiscal de Seguridad Vial pide a la policía que hagan un seguimiento del estado médico del atropellado, para valorar el levantamiento de atestado por indicio de delito si las heridas impliquen tratamiento médico.

El pasado lunes, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expresó el compromiso de España de sumarse al objetivo de la Unión Europea de reducir a la mitad las muertes de tráfico y los accidentes en el decenio de 2030. Lo hizoen la conferencia internacional ¿De la visión cero al objetivo cero? Liderazgo en la mejora de la seguridad vial.