Médicos sin Fronteras pide que se baje el precio de las vacunas
Sostiene que las farmacéuticas ya han recuperado el coste de la inversión
El presidente de Médicos Sin Fronteras en España (MSF), Jose Antonio Bastos, solicitó ayer por la mañana a las grandes empresas farmacéuticas que rebajen el precio de sus vacunas para que los países en vías de desarrollo y las organizaciones humanitarias puedan acceder a ellas y salvar así la vida de millones de niños.
Bastos, que ha presentado este mediodía en Granada la campaña Pon una vacuna , ha considerado que "con toda certeza" la industria, con firmas como Pfizer o GSK, ya ha recuperado los costes de inversión de algunas de sus vacunas. De ahí que un "esfuerzo" en la rebaja de su precio aumentaría "enormemente" la accesibilidad a estas, una medida con positivos impactos en el corto plazo. La campaña de MSF pretende explicar el difícil proceso de hacer llegar las vacunas hasta zonas remotas y en conflicto, las dificultades a la hora de aumentar la inmunización infantil y la necesidad de derribar las barreras de precios y adaptar las vacunas a contextos con escasos recursos humanos y materiales.
La iniciativa solidaria de la organización no gubernamental y sin ánimo de lucro aspira a que las farmacéuticas bajen los precios de una de las vacunas más caras: la vacuna contra el neumococo.
Según Médicos Sin Fronteras, cada 35 segundos muere un niño por neumonía y, aunque existe una vacuna eficaz, el 75 % de los niños del mundo siguen sin estar inmunizados contra ella.
Uno de los principales obstáculos es el precio, pese a que la vacunación es una de las formas más eficaces de reducir la mortalidad infantil.
A pesar de ello, uno de cada cinco niños no recibe todas las vacunas que necesita antes de cumplir su primer año de vida y cerca de 1,5 millones de niños mueren cada año por enfermedades como el sarampión, la neumonía o las enfermedades diarreicas, todas ellas prevenibles mediante la vacunación programada.
Los desafíos para reducir estas muertes son logísticos, económicos y se relacionan con la debilidad de los sistemas de salud de los países en desarrollo, ha advertido la organización no gubernamental.
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