Un estudio encabezado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), con sede en Granada, ha invalidado a un cierto tipo de supernovas, derivadas de la explosión de una estrella en la que se libera gran cantidad de energía, como los "objetos idóneos" para medir distancias en el universo.

Los resultados de esta investigación, liderada por Miguel Ángel Pérez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el IAA y en el departamento de Física Teórica de la Universidad de Zaragoza, han sido publicados en la revista "The Astrophysical Journaly"

En el estudio se descarta que las supernovas de tipo "Ia" procedan de la explosión de una enana blanca alimentada por una estrella normal, de ahí que podrían no servir como "candelas estándar" para medir distancias astronómicas, si se generalizan las conclusiones del estudio.

Según han informado el Instituto Astrofísico andaluz y la Universidad de Zaragoza, las supernovas de tipo "Ia" tienen lugar cuando una enana blanca, el "cadáver" de una estrella similar al Sol, absorbe material de una estrella compañera y alcanza una masa crítica, equivalente a 1,4 masas solares.

Todo ello desencadena una explosión cuya luminosidad será, dado su origen, similar en casi todos los casos.

Esta "uniformidad" convirtió a las supernovas de tipo "Ia" en los objetos idóneos para medir distancias en el universo, aunque ahora el estudio de la supernova "2014J" plantea un escenario que las invalida como "candelas estándar".

"Las supernovas de tipo 'Ia' se consideran candelas estándar porque su constitución es muy homogénea y prácticamente todas ellas alcanzan la misma luminosidad máxima; incluso nos han permitido saber que el universo se expande aceleradamente", ha declarado, Miguel Ángel Pérez, quien encabeza el estudio y colaborador del Centro de la Física del Cosmos de Aragón.

Sin embargo, aún se desconoce qué sistemas estelares dan lugar a este tipo de supernovas.

Al modelo predominante hasta ahora, formado por una enana blanca y una estrella normal, se suma otro que plantea la fusión de dos enanas blancas, un escenario que no implica la existencia de un límite máximo de masa y, por tanto, no producirá necesariamente explosiones con la misma luminosidad.

Los resultados derivan del estudio de la supernova "2014J", situada a 11,4 millones de años luz de la Tierra, mediante las redes de radiotelescopios EVN y eMERLIN.

"De generalizarse el resultado del estudio, las consecuencias cosmológicas son muy potentes, porque el uso de las supernovas de tipo 'Ia' para medir distancias astronómicas quedaría cuestionado", ha concluido el investigador.