El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto una investigación sobre la posible elaboración de piensos para alimentar mascotas y ganado a partir de restos de animales abandonados o enfermos (perros y ovejas), supuestamente incinerados en Galicia y tratados en una planta de transformación de Salamanca.

Montse Espiñeira, responsable de la unidad especializada de biología molecular del laboratorio vigués que estudia las muestras, previno del riesgo que supondría "para toda la cadena alimentaria" la confirmación del uso de animales muertos en la fabricación de piensos, un riesgo, dijo, equiparable a la crisis de las vacas locas, cuando se prohibió usar harinas de origen cárnico en la elaboración de piensos. En opinión de esta bióloga, queda "fuera de toda lógica" que se utilicen "cadáveres de perro" para alimentar al ganado que, "al final, consumen los humanos".

La investigación, dirigida por el juzgado 1 de Ponteareas (Pontevedra), se abrió después de que la Guardia Civil recibiera varias denuncias, entre ellas la de un refugio de animales de Cambados.