El poder de seducción de la red se explica por la gratificación inmediata que reciben los jóvenes en un contexto que representa "una oportunidad de evasión, de sublimar su propia identidad", revela Javier Goti, psiquiatra. "En un videojuego en línea, es cuestión de tiempo y dedicación obtener resultados para ser alguien, el líder que no se es en la realidad", dice Jiménez.

La intervención de los padres debería llegar antes de ese punto de ruptura, de renuncia a todo lo analógico. Una situación que siempre viene precedida de un estadio intermedio, el abuso, "con rasgos propios de pérdida de control y un incremento de los conflictos en el entorno familiar, social y escolar", resume González. En la mayoría de casos, todo se reduce a un mero uso "moderado y controlado" de las nuevas tecnologías, añade la responsable de AIS.

LA PUNTA DEL ICEBERG Para evitar desviaciones en la conducta conviene ejercer un control y fomentar el diálogo en la preadolescencia, cuando sería ideal una interacción entre la escuela y la familia para "minimizar el desfase entre generaciones que aumenta en un mundo en constante cambio", dice Marqués.

Un reto complicado en un entorno, el digital, presente en casi todas las facetas de la vida diaria. De ahí, que la forma de combatir esta adicción cuando se hace presente sea muy diferente a la necesaria en el caso de las sustancias y juegos de apuestas, cuando es imprescindible la "abstinencia total", revela Jiménez. "La clave es que reaprendan a usar la tecnología", añade.

NO DEMONIZAR LA RED En el tratamiento cobran importancia los familiares y amigos, que deben tirar del adolescente para que salga de su cuarto y amplíe paulatinamente la gama de actividades que compatibilizará con sus sesiones, acotadas, en la red. Esta es solo el canal a través del que se manifiesta la adicción, por lo que no se debe demonizarla, ya que "la ciberadicción es muchas veces la punta del iceberg de otras patologías previas", subraya Goti. "Si el uso se limita a niveles razonables, internet no es peligroso, sino un muy buen instrumento educativo y terapéutico", sentencia Jiménez.